Cansados de la presencia de orina de perro en las fachadas de las urbanizaciones, un vecindario de Badalona, Barcelona, ha intentado tomar medidas. Según informan Paula Pérez y Marina Pérez en el video, un grupo de vecinos ha instalado un sensor en las instalaciones de la urbanización que ahuyenta a las mascotas. Esta medida, lejos de evitar las micciones de los perros, ha desatado la polémica.
Encontrarse orina y defecaciones de animales en las calles de Badalona es más que habitual: “Vivo en una planta baja y muchas veces nos encontramos con pipis y defecaciones de perros que no se recogen”. El problema ha causado el hartazgo de un grupo de vecinos de la ciudad, que se ha dispuesto a atajar el problema.
Una urbanización ha optado por instalar un sensor que supuestamente ahuyenta a los perros para que dejen de hacer sus necesidades en las fachadas de sus edificios. El artefacto emite un desagradable sonido que tiene como objetivo evitar que los animales se acerquen, pero los que realmente están molestos son los residentes que pasan por su lado: “Molesta un poco cuando pasas por la calle”.
La solución parece que no ha gustado a todos los vecinos. Además, carece de efectividad: “No ahuyenta a los perros, porque paso habitualmente y no les hace nada”. No está demostrado que el sensor espante a los animales, por lo que es recomendable optar por el método tradicional y limpiar los orines con una botella de agua.
La ciudad Condal cuenta con más de 180.000 perros. El civismo, por el momento, es la única solución para evitar que se den situaciones desagradables como las que viven muchos vecinos de Badalona en su día a día.
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