Rillette, una jabalina, ha provocado todo un movimiento reivindicativo en Francia. El animal se había convertido en un miembro más de la familia y ahora el Gobierno les obligaba a deshacerse de ella. Tras meses de lucha, hoy un tribunal ha decidido que el Estado pague 1.500 euros en concepto de daños y perjuicios y Rillette no será sacrificada.
Rillette es parte de la familia de Elodie Cappe. Ella juega con el resto de los animales y se siente como en casa. Hace dos años que la acogió, cuando tan solo era un lechón a las afueras de su granja de caballos situado en el sudeste de París.
Elodie Cappe tiene una granja de caballos en el sudeste de París. “Pusimos nuestros contenedores de basura aquí y ella estaba justo al pie del buzón”, recuerda. Pero todo se truncó cuando la justicia francesa amenazó con sacrificar a la jabalina por no considerarla un animal doméstico y sí un foco de transmisión de enfermedades.
Desde entonces, Elodie comenzó una batalla contra la justicia. Se enfrentaba a una posible pena de prisión y a una multa de hasta 150.000 euros. “¿Por qué quitármela cuando es muy feliz? No molesta a nadie. Fin de la historia”, señala Elodie. Y junto a ella, cientos de activistas salieron a la calle para manifestarse en la pequeña localidad de Chaource dans l’Aube bajo el lema "Salvad a Rillette", incluso la actriz y activista Brigitte Bardot se unió a la causa.
En un mensaje publicado en redes sociales, Elodie pedía que se salvara a Rillette de los monstruos que querían sacrificarla. Tras meses de lucha, hoy un tribunal le ha dado la razón y el Estado tendrá que pagarle 1.500 euros por daños y perjuicios. Lo mejor de todo es que Rillette no será sacrificada y podrá quedarse con su dueña.
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