El producto definitivo que utilizan los hoteles para dejar los cristales relucientes
Se puede recurrir a productos naturales y obtener un resultado ideal para limpiar las ventanas
El truco es un buen secado al terminar para evitar marcas en los cristales
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Limpiar las ventanas de casa es una tarea que a muchos les parece demasiado tediosa. Es cierto que no es complicada, pero es algo que se intenta evitar. De todos modos, existen métodos sencillos y efectivos que pueden hacer que esta tarea sea mucho más fácil y rápida y queden tan limpias como las de los mejores hoteles. Por la exposición continua al polvo o la polución es muy normal que se acumule bastante suciedad, lo que hace que lo ideal sea que se limpien regularmente para evitar esta acumulación.
Para esta tarea, no hay que recurrir a productos comerciales, el mejor secreto para limpiar cristales es utilizar productos naturales que se pueden encontrar fácilmente en cualquier hogar: vinagre blanco de limpieza, bicarbonato de sodio y agua. Esto es lo que se necesita para dejar los cristales y las ventanas impolutas.
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¿Qué propiedades tiene el vinagre blanco?
El vinagre blanco es uno de los productos más versátiles que existen en cuestión de limpieza de hogar. Puede servir para desinfectar superficies, ya que tiene propiedades antimicrobianas, pudiendo utilizarse incluso en cocina y baño, también para los juguetes ya que al no ser tóxico, es muy seguro para los niños. También es ideal para neutralizar olores no deseados, tanto en el aire como en las superficies o en la ropa.
Para desatascar las tuberías también es ideal, ya que solo haciendo una mezcla con vinagre de limpieza y añadiendo un par de cucharadas de bicarbonato de sodio, puede ayudar a limpiar las tuberías. Por otro lado, es un limpiador multiusos ideal, ya que se puede utilizar en muchas superficies sin dañarlas, y también es perfecto como quitagrasas en la cocina.
En la colada también puede convertirse en un gran aliado, ya que es el sustituto perfecto de los suavizantes químicos, y suaviza la ropa eliminando los malos olores. Además, es ideal para proteger la lavadora de la tan temida cal, ya que es un potente desincrustante. Para eliminar la cal tanto de grifos, como de alguna mancha que haya producido es ideal, tan solo dejando en remojo la pieza deseada desaparecerá esa cal. También funciona como quitamanchas eliminándolas de ropa o cualquier otra superficie.
Y evidentemente, es gran un limpiador de cristales y espejos, ya que no deja manchas ni tampoco raya la superficie a tratar.
Paso a paso para dejar unas ventanas relucientes
Para dejar unos cristales relucientes como si fueran los de un hotel de lujo, solo se va a necesitar: agua caliente, bicarbonato de sodio, vinagre blanco, un par de trapos, papel de periódico, y opcionalmente, limón. Estos son elementos que se pueden encontrar de manera muy sencilla en cualquier hogar.
Para comenzar, se debe mezclar en el agua caliente una pizca de bicarbonato. Esto va a hacer que la suciedad se afloje y también va a aportar más brillo al cristal. Una vez se tenga la mezcla, se sumerge uno de los trapos de microfibra en el agua y se limpia con movimiento suaves cada centímetro del cristal para eliminar cualquier suciedad que pueda estar incrustada en el vidrio.
La magia y el truco está también en el papel de periódico. Éste va a hacer que desaparezca cualquier mancha resistente y también va a absorber los malos olores dejando los cristales impecables.
Si se quiere dar un toque cítrico, se puede optar por añadir a esta mezcla un poco de limón para dejar este aroma en los cristales. Si lo que pasa es que hay algún olor desagradable en el área a limpiar, la mejor opción es mezclar agua con vinagre blanco y limpiar las superficies para dejar la zona libre de olores.
La clave para un resultado inmejorable es secar los cristales con papel de periódico o, si no se tiene, con un paño de microfibra limpio o una simple sábana seca. De esta manera se obtienen resultados impecables y no hay restos de pelusas ni residuos.
¿Cómo limpiar las ventanas por fuera?
Lo primero que hay que hacer a la hora de limpiar las ventanas es retirar el polvo. Para ello, se puede hacer perfectamente con una escoba. Eso sí, las cerdas de la escoba han de ser blandas para poder llevar a todos los rincones y rendijas difíciles.
Cuando se haya retirado completamente el polvo visible de toda la superficie. Es el momento de aplicar una mezcla de vinagre blanco con agua, lo ideal es hacerlo con agua tibia y en unos 4-5 libros añadir unos 200 ml de vinagre blanco, lo que sería equivalente a un vasito pequeño. Esta mezcla ha de estar bien mezclada, puedes ayudarte, por ejemplo, con una cuchara.
Puedes ayudarte de una fregona bien escurrida para frotar bien por toda la superficie. El vinagre va a ayudar a deshacer y retirar la suciedad que pueda tener la ventana.
Cuando ya están limpias las persianas y los cristales, puede que por fuera haya quedado alguna mancha más resistente, para ello, con una esponja que no ralle se frota en dicha mancha. Hay que tener en cuenta que no sea una muy abrasiva, ya que, puede rayar la superficie o también dañar tanto la pintura como el acabado de la ventana.
En el caso de que las manchas sean realmente complicadas, se puede optar por preparar una pasta con bicarbonato de sodio y agua. Esta mezcla se hace un poco a ojo, hay que conseguir una pasta espesa, por lo que a un poquito de agua se va añadiendo bicarbonato de sodio hasta conseguir la textura deseada. Esta pasta hay que dejarla actuar unos 30 minutos, para que el bicarbonato pueda deshacer la suciedad. Una vez pasado ese tiempo, se frota suavemente con una esponja que esté húmeda y se retira el exceso de producto con un trapo.
Por último se vuelve a enjuagar la ventana con una mezcla nueva de agua tibia con vinagre blanco y se seca a conciencia para que no queden restos ni marcas.