La Guardia Civil sigue inspeccionando los barrancos destrozados por la DANA que dejó 69.000 viviendas destrozadas. Tras pasar 42 días de la riada, cuatro personas siguen desaparecidas en Valencia. Según informa Manu Reyes, Ana García Quesada, Lydia Cruz y Gabi Mas, sus familias piden que no finalicen las labores de rescate porque el tiempo apremia. Ellos aseguran que necesitan encontrarlos para continuar o reestructurar sus vidas.
Ernesto ha ido hoy al barranco del Poyo, donde continúa la búsqueda de su sobrina, Elisabeth Gil, quien desapareció el 29 de octubre junto a su madre. "Una la encontramos 10 o 12 días después y hemos podido dar entierro, pero Elisabeth todavía sigue desaparecida", explica Ernesto. Como él, tres familias más conviven con la incertidumbre sobre el paradero de sus seres queridos.
A Elisabeth Gil, de 38 años, le sorprendió la riada conduciendo -junto a su madre- de camino al trabajo por una carretera secundaria de Chiva. Las dos se dirigían a su trabajo en el hotel ‘La Carreta’. El cuerpo de la progenitora fue encontrado a varios kilómetros abajo del barranco del Poyo. Desde entonces, nada se sabe de ella ni de su vehículo. "Ella si se quedó con el cinturón puesto, ella todavía está dentro del coche. El día que lo encuentren, la encontrarán", dice su tío Ernesto.
Es la tercera batida que se hace de este barranco, pero Ernesto no pierde la esperanza. "Queremos encontrarla cuanto antes para pasar página y para comenzar un duelo, saber dónde llevarle flores y llorarle. Pero sobre todo, por los derechos de los niños. Derechos que los hijos de Elisabeth, de cuatro y 18 años, no pueden reclamar hasta que no hallen su cuerpo. Y en la misma situación están los seres queridos de otros tres desaparecidos: Francisco, José Javier y Mohamed.
Francisco Ruiz Martínez, de 64 años, estaba en el aparcamiento de un supermercado en Montserrat. Francisco pudo salvar a sus nietos subiéndolos al techo de un coche, pero de él no se sabe nada. Tampoco de José Javier Vicent, de 56, quien se encontraba en su casa de Pedralba con su hija. El cuerpo de ella lo localizaron en una playa de Sueca a más de 70 kilómetros, pero de él no se sabe nada.
Mohamed Belhadi, de 59, vivía en una chabola debajo de un puente en Paiporta, una de las zonas más afectadas por la DANA. No existen fotos de él porque no estaba en los registros. Los trabajos para encontrarlos siguen sin descanso en barrancos y ríos en la Albufera. Si los cuerpos no aparecieran, los familiares podrán solicitar la declaración oficial de fallecimiento en tres meses: el 29 de enero. Hasta entonces, continúan en un limbo legal.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.