Miles de ascensores en varios municipios afectados por la DANA siguen averiados. Esto supone un auténtico problema para las personas mayores o con movilidad reducida que no pueden bajar por las escaleras. Es el caso de Amparo, quien ha vuelto a pisar las calles de Aldaia gracias a la Cruz Roja, según informa Ana García y Toni Ramos.
“Siento una alegría tremenda de bajar”, confiesa Amparo, quien vive en un tercero y el ascensor no funciona desde que la riada inundó su portal. Con una silla mecanizada, Amparo va bajando los tres pisos escalón a escalón.
Amparo baja de su casa con una sonrisa en la cara. Desde que la DANA arrasó Valencia, ella ha tenido que quedarse en casa porque no hay ascensor. Muchas personas mayores o con movilidad reducida llevan un mes encerradas en casa y Cruz Roja ya ha denunciado esta situación y ha pedido ayuda.
En la calle, a Amparo le espera su hijo, quien explica lo duro que este aislamiento ha sido para ella: “Desde la DANA, no había bajado y gracias a Cruz Roja nos han ayudado a bajar con la silla y saldrá a ventilarse y reencontrarse con amistades. Desde el balcón, se vio todo, con mucha agua y mucha impotencia".
Y ahora, Amparo tiene claro lo primero que va a hacer: “Me voy a ir a una panadería, que aquí tengo amigas y me voy a tomar un cortadito con Baileys”. Salir a la calle y socializar es fundamental para mantener la salud mental de muchos mayores y dependientes que todavía siguen aislados en sus hogares.
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