A primera hora de la mañana, el teléfono de los familiares ha sonado tras el incendio ocurrido en la localidad zaragozana de Villafranca de Ebro. “Han llamado a mi primo, al hijo mayor y él me llamó a mí”, recuerda una mujer. De inmediato, han acudido a la residencia, como Mari Ángeles, para ver a su tía y allí fue recibida por una de las trabajadoras, según informa Yolanda Pinilla, Sonia Belmonte y Lorelei Esteban.
“Estaba echa polvo, estaba atendiendo a los abuelos, que es lo que tenía que hacer, e intentando calmar a los familiares también, como es mi caso”, explica Mari Ángeles. La actuación rápida del personal evitó que hubiera más muertes.
Durante la mañana, el goteo de los familiares ha sido constante. “He venido deprisa, pero tranquilo porque sabía e mi madre no tenía ningún problema”, afirma un hombre. Momentos de angustia al ver salir los féretros y de alivio entre los familiares de quienes sí pudieron salir ilesos. El incendio, que acabó con la vida de 10 personas y ha dejado dos heridos, ha sido el más grave que ha ocurrido en centros de mayores en España en este siglo.
“La ha tenido que sacar alguien porque ella sola no se levanta de la cama”, subraya una joven sobre su familiar. “Mi padre tiene demencia y no se enteraba muy bien. Cuando le han subido a la furgoneta, me decía adiós”, añade una mujer. Y es que dos microbuses con una veintena de personas y cuatro ambulancias de la Cruz Roja han realizado el traslado de supervivientes.
El ayuntamiento ha habilitado un espacio donde los familiares de residentes y de las víctimas han podido ser atendidos por psicólogos e informados sobre el suceso. “Han ido a la residencia de Huesca. Hemos trasladado a 16 personas con la medicación y su ropa”, describen desde Cruz Roja. En total, 57 personas han sido acogidas en Vitalia de Huesca, donde permanecerán el tiempo que se estime conveniente.
El ayuntamiento ha realizado un minuto de silencio en memoria de las víctimas y el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha decretado un día de luto oficial en la comunidad. “Un disgusto tremendo. Todos nos conocemos y nos tratamos con la mayor parte de ellos”, recalca. La tristeza invade Villafranca del Ebro, una localidad de poco más de 800 habitantes, quienes hoy lamentan la pérdida de 10 de sus vecinos. La Guardia Civil trabaja para determinar las causas de este trágico incendio.
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