Las consecuencias de la crisis de biodiversidad están llegando a unos puntos irreversibles. Una de las manifestaciones más crudas es la extinción de las especies. Cerca de un millón de ellas se encuentra en peligro. Las aves son unas de las grandes perjudicadas, ya han desaparecido 600 especies. Con motivo de la urgencia de buscar soluciones, estos días se celebra la COP16 en la ciudad de Cali, una de las mayores cumbres de biodiversidad del planeta.
Con el lema ‘Paz con la naturaleza’, la COP16 iniciaba la cumbre más grande de su historia. Colombia es el país escogido para acoger a más de 21.000 delegados y cerca de 200 países con el fin de establecer agendas, compromisos y planes de acciones para conservar la biodiversidad. Este año, la conferencia se ha enfocado en frenar la extinción de la fauna y la flora.
Según un informe publicado por la ONU, el 8% de las especies de animales conocidos han desaparecido y el 22% se encuentran en peligro de extinción, entre los que se incluyen el oso polar o el mandril. Si hablamos de la flora, dos de cada cinco especies de plantas, como las orquídeas, están en peligro de extinción. Mónica Parrilla, portavoz de Biodiversidad de Greenpeace explica lo que supone la desaparición de especies para el ser humano: “Se estima que un millón de los ocho millones de especies de fauna y flora están en peligro de extinción y eso es un riesgo para la propia especie humana (...) Formamos parte de esta cadena. Cuando hablamos de protección a los polinizadores, hablamos de la protección de la alimentación. Proteger la naturaleza es hablar de economía, proteger la naturaleza es hablar de salud”.
La Conferencia de las Partes (COP) busca este año un mayor compromiso por parte de las naciones, además de una mayor inversión. Los fondos no llegan y el objetivo es recaudar “20.000 millones de dólares anuales para 2025”. Otro de los fines de la conferencia es dar voz y visibilidad a pueblos con mayor conocimiento de ciertos territorios, como los pueblos indígenas. La especie humana y sus hábitos se encuentran en peligro con la continua destrucción de la biodiversidad, “estamos hablando de la protección al ser humano, a nuestros medios y modos de vida”, declara Parrilla.
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y WWF, entre otras organizaciones, piden a los países que se comprometan con sus planes de acción y dejen de financiar actividades dañinas: “La palabra es redirigir, redirigir las subvenciones dañinas a la naturaleza a combustibles fósiles, subvenciones a pesticidas redirigirlas hacia la protección y restauración”. En cuanto a España, han pedido más ambición al Gobierno.
La COP16 se alargará hasta el 1 de noviembre. Hasta entonces, las naciones debatirán soluciones para preservar la biodiversidad, sin olvidarse que “la naturaleza puede seguir sin nosotros, pero el ser humano no puede seguir sin la naturaleza”.
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