El cerebro de la mosca de la fruta, clave para entender el origen del Alzhéimer o el Párkinson

El cerebro de la mosca de la fruta será clave para la investigación científica del Alzhéimer -una enfermedad que ataca a jóvenes- o el Párkinson, cuyos casos se triplicarán en 25 años. Este primer mapa de las conexiones neuronales del insecto nos permitirá entender cómo se generan estas enfermedades. Y es que los humanos compartimos el 60% de nuestros genes, por lo que entender su cerebro es fundamental para conocer el nuestro.

“Puedes sustituir el gen de la mosca, poner el humano y la mosca nace, crece y se reproduce como si nada”, explica Albert Cardona, neurobiólogo de la Universidad de Cambridge. “Parte de esa genética compartida es parte de la que se estropea en las enfermedades mentales”, añade.

“Podemos plantear estudiar enfermedades del cerebro humano en la mosca”, explica Cardona

El neurobiólogo Albert Cardona consiguió mapear el cerebro de una larva de esta mosca hace años, todo hito en la ciencia. Ahora, mapear el de una mosca adulta, con 100 veces más conexiones, es un gran avance. “Te permiten por primera vez simplemente mirar una base de datos y ver todo el cableado del cerebro entero de un animal con 140.000 neuronas. Ahora se sabe dónde están y cómo se conectan”, sostiene.

Saber lo que falla en el cerebro de la mosca, nos ayudará a saber lo que no funciona en el nuestro: “Teniendo mapeado el cerebro de la mosca, podemos plantear estudiar enfermedades del cerebro humano en la mosca como el Párkinson o el Alzhéimer”. Casi 300 científicos de todo el mundo han participado en el proyecto utilizando herramientas de Inteligencia Artificial. “Son técnicas muy difíciles de desarrollar y que ahora nos podemos plantear en cerebros más grandes”, asegura el neurobiólogo.

Mapear el cerebro de un ratón, el próximo reto

El siguiente objetivo es ser capaces de mapear cerebros como el del ratón. “El de la mosca son 100 terabytes y el del ratón son 600 veces más grandes. Si hablamos de un humano, cogiendo todos los ordenadores que existen ahora, no sería suficiente”, confiesa. El mapa se construyó a partir de 21 millones de imágenes tomadas del cerebro de una mosca, que mide menos de un milímetro de ancho.

“Sabemos muy poco sobre los circuitos del cerebro humano como para poder idear curas y medidas de prevención. En pocas palabras, no podemos arreglar lo que no sabemos y por eso creemos que este es un momento tan importante para la neuronciencia”, apunta John Ngai, de la Iniciativa Brain. Los científicos calculan que el mapa del cerebro del ratón podrá estar listo dentro de cinco años.

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