García participó en el ensayo clínico de un fármaco contra el Alzheimer: "Sigo siendo yo"

A José Antonio, que le gusta que le llamen García, le diagnosticaron Alzheimer hace 10 años, cuando no llegaba a los 60. Él trabajaba en una compañía de seguros y no era capaz de recordar las direcciones. Él sabía que pasaba algo. Hoy, es completamente autónomo desde que formó parte de un ensayo clínico del fármaco 'Leqembi'. Según informa Lorelei Esteban, este medicamento no se ha aprobado en Europa, aunque ya ha habido otros intentos con otros medicamentos contra esta enfermedad que ataca a las personas jóvenes.

"Yo hasta me llegué a perder, no sabía dónde era ni la casa de un cliente. Gracias a un medicamentos, que tomó hace tres años y medio, sigo siendo yo. Con eso, se puede vivir con el Alzheimer", confiesa García. Este fármaco no se ha aprobado en Europa, pero ya ha habido otros intentos con otros medicamentos. En los ensayos clínicos de este medicamento de Eli Lilly participaron 1.700 personas con Alzheimer, de las cuales, 80 viven en España.

Kina, una de las mujeres que participó en los ensayos de 'Aducanumab'

En 2021, se aprobó otro fármaco similar en Estados Unidos llamado ‘Aducanumab’, que fue una revolución porque fue el primer tratamiento que no atacaba los síntomas del Alzheimer, sino las causas de la enfermedad. Pero nunca llegó a aprobarse en Europa porque hubo mucha polémica tras autorizarse de forma muy precipitada y sin llegar a comprobar las contraindicaciones a largo plazo.

A pesar de que el medicamento ‘Aducanumab’ no se aprobó en Europa, algunos pacientes españoles participaron en los ensayos de este fármaco. Una de ellas fue Joaquina, llamada 'Kina', una maestra de un colegio concertado en Granada. Hace 10 años empezó a darse cuenta de la enfermedad: tenía que poner el nombre a los niños en el babi y carteles en las mesas. Cuando cumplió 59 años, le diagnosticaron Alzheimer y, de un día para otro, sintió que su vida había acabado.

Hasta que, por casualidad, se topó con los ensayos de este medicamento, fue seleccionada y su vida volvió a ser como antes. Lo curioso de este caso es que, durante ese estudio, descubrieron que su marido también lo tenía. "Él no entró al estudio porque decía que no lo tenía. Ahora, está en una residencia y no me reconoce. Si después de 10 años yo me siento así, imagínate", concluye.

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