Los familiares del fallecido en el tiroteo de Barakaldo regresaron a la calle, donde todo ocurrió, entre insultos y gritos. Ellos se dirigieron a la familia rival y vecinos del patio se saltaron el cordón policial y pasaron el cordón policial. La mujer del hombre de 50 años que ha muerto se mostró rota de dolor a muy pocos metros de las manchas de sangre que siguen allí. Según informa Marta Lilao y Nagore Tormes, la calle continúa cerrada y los vecinos de los tres bloques están desalojados.
Las autoridades -que siguen con las labores de investigación- estaban recopilando las pruebas cuando irrumpieron varios vehículos entre gritos e insultos. "Sangre por sangre" y "Que se vayan, les vamos a matar a todos" son algunas de las frases que se han escuchado. La Ertzaintza trató de calmar a los familiares y consiguió que algunos de ellos se marchasen entre amenazas. Aún alterados con los agentes y con la prensa, aseguraron que se vengarán por el tiroteo de ayer, que fue originado por una pelea entre dos menores de familias rivales.
Dos menores de familias rivales comenzaron a discutir en plena calle del barrio de Burtzeña. Los gritos alertaron a los adultos de familias rivales, con encontronazos previos, y comenzó así una reyerta multitudinaria que acabó a tiros. Tras pasar varias horas hospitalizado, uno de los heridos ha muerto en el Hospital de Cruces, donde se encontraba la otra familia del altercado y que vive en un portal de la misma calle.
Tras agolparse en la salida de la Unidad de Urgencias, trataron de irrumpir en el interior. Esto provocó que la Ertzaintza actuase, por medio de la Brigada Móvil, y se produjesen momentos de mucha tensión. La Policía vasca tuvo que emplear material antidisturbios y detuvieron a siete personas, de entre 30 y 58 años, por participar en uno o más altercados. Todos han sido trasladados al lugar del crimen para recrear la escena.
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