La ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados. Hace unos años hubiese sido impensable imaginarse salvar una vida a miles de kilómetros, pero esto ya es posible gracias a la telecirugía. El pasado 11 de septiembre, Alberto Breda el urólogo oncólogo italiano de la Fundación Puigvert, operó desde Burdeos a un paciente que se encontraba hospitalizado en Pekín, a 8.264 kilómetros de distancia.
Esta intervención transcontinental se ha podido realizar gracias a una especie de consola que el cirujano manejaba desde Francia. El doctor se encargaba de mover los brazos al robot que operaba al paciente con apenas milésimas de segundo de retraso. El urólogo define el aparato que utilizó como una consola de videojuegos: "Imaginaros la consola de la Play Station, un poco más compleja, con joystick y una conexión vía cable o 5G a unos brazos robóticos que están en otro sitio", declara Breda en el video.
La operación se trataba de una nefrectomía, es decir, la extracción de un riñón. En este caso, el paciente tenía un tumor. La nefrectomía es una de las operaciones más comunes en casos oncológicos, pero no por ello menos compleja. "El paciente puede sangrar mucho, la precisión aquí es muy importante", explica el doctor al equipo de Noticias Cuatro.
Para hacer posible esta clase de operaciones, la confianza, comunicación y coordinación con el equipo que se encuentra con el paciente es crucial. Todas las intervenciones tienen un riesgo y, si ocurre algún problema por el que hay que intervenir de forma urgente, el cirujano que maneja el robot tiene que "saber que al lado hay un equipo competente y capaz de asumir una complicación".
Esta primera cirugía ha supuesto una nueva etapa en la medicina y en la tecnología. Gracias a este robot, pacientes sin acceso a sanidad o personas que quieren elegir su doctor podrán verse en una situación mucho más asequible.
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