Un estudio publicado por la Universidad Obertade de Cataluña ha puesto en alerta a las familias catalanas: el 78% de las meriendas que les damos a los niños son consideradas insanas por las autoridades sanitarias. Enfermedades como la diabetes o la obesidad se han convertido en la nueva epidemia de este siglo y, con la llegada de la vuelta al cole, se debe prestar más atención, sobre todo por los temidos atragantamientos de los más pequeños.
La merienda es una de las ingestas menos investigadas, pero no por ello menos importantes, y es que la selección de esta puede tener efectos perjudiciales en la salud de los más pequeños. Para solucionar el problema, hay que ir al núcleo de este, y gran parte se debe a las comidas. El estudio citado alerta sobre las meriendas de los niños de nuestro país, las cuales se conforman en su mayoría de azúcares y ultraprocesados.
Para la investigación se tomó como muestra 2.163 meriendas de 734 familias catalanas con niños de 3 a 12 años. ¿Cuáles fueron los resultados? Solo el 22% de las meriendas analizadas han sido consideradas saludables y cumplen con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. El 42% de los niños merienda bocadillos, el 24% bollería, el 14% fruta y el 6% una mezcla entre fruta y dulces. “El azúcar es lo predominante”, declara una madre. Además, a medida que aumenta la edad de los escolares, la calidad nutricional de las meriendas baja.
Este desequilibrio puede darse por varios factores. Jorge Galdón, nutricionista, ha explicado al equipo de Noticias Cuatro que puede ser por “falta de tiempo por parte de los padres, un problema de organización doméstica en casa, (...) el influjo que ejerce la publicidad y el propio paladar de los niños”.
Lo que está claro es que alimentarse mal puede tener consecuencias a corto y largo plazo. Consumir alimentos ultraprocesados aumenta en un 50% la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, enfermedades mentales e insomnio en adultos y “problemas de sobrepeso u obesidad, diabetes tipo 2 y problemas de hipertensión”.
La obesidad en niños es una de las enfermedades más comunes actualmente: desde 1990 se ha multiplicado por cuatro en los niños. Según la OMS, una de cada ocho personas en 2022 tenía sobrepeso y 160 millones de niños y adolescentes de entre 5 a 19 años eran obesos. No hay que olvidar que el sobrepeso no solo es causado por el desequilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas, sino que se puede deber a factores psicológicos o etiológicos, aunque la alimentación es determinante.
Lo esencial es educar en hábitos saludables desde edades tempranas. Una dieta equilibrada debe estar formada por fruta, verdura, legumbres, cereales, proteínas de forma moderada, pocos azucares, grasas y sal. Y, sobre todo, mucha agua y decir adiós a los alimentos ultraprocesados.
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