Los deportistas paralímpicos españoles han llegado de los Juegos Olímpicos de París. Todos han sido recibidos a lo grande en el aeropuerto de Madrid- Barajas, coreados al grito de ‘Campeones’. Hoy, en Noticias Cuatro hablamos con Loida Zabala, una de nuestras grandes deportistas que hemos visto competir en halterofilia, según informa Lorelei Esteban.
La atleta paralímpica, Loida Zabala, ha recorrido un duro camino hasta llegar a los JJOO de París. Para ella, ha sido todo un triunfo personal. "Me traigo la sensación de que los sueños a veces parecen imposibles pero, después de una mala noticia y de muchos obstáculos, se pueden lograr. Para mí, París es esto. El poder cumplir sueños que eran imposibles", confiesa.
La infección en la médula, que le provocó la pérdida de movilidad en las piernas, no la detuvo para convertirse en una de las mejores halterófilas paralímpicas de España. Aprendió amor propio y superó una relación de malos tratos con la ayuda del deporte. "Esta relación fue antes de ir a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Un mes antes de subir al avión -porque ya estaba confirmada- no sé qué pasó porque él nunca había tenido un acto agresivo", recuerda.
"Me levantó por alto y me tiró de la cabeza. Me lesioné el brazo por taparme la cabezas para no abrírmela en la caída", describe. Ese momento fue en que ella tocó fondo. "Estuve en el pozo en el que no quería comer y no entendía por qué. Decidí no tener trato psicológico y lo que hice fue preguntarme qué quería hacer y ahí, focalizando mi atención en el deport4e, podía evadirme de lo que me acababa de pasar", añade.
Loida Zabala tuvo una vida llena de retos: la infección en la médula, su enfrentamiento al maltrato de su expareja y el cáncer de pulmón avanzado que le diagnosticaron en 2023. Nada de esto la frenaron para luchar por su sueño. "Hay mucha gente que al verme a mí se siente culpable pero es que a cada uno le afectan las cosas de manera distinta. Ojalá esto les pueda ayudar para que puedan encontrar lo que les gustaría conseguir y que, trabajando en ello, vayan disfrutando poco a poco. La vida es tan bonita y maravillosa que, sin duda, el foco es importante", señala.
Zabala tuvo que detener su tratamiento contra el cáncer en los días previos a la competición, siendo consciente de los riesgos que esto suponía. "No es un ejemplo, no se debe hacer. Lo hice porque tenía que bajar de peso pero ya no voy a estar en esa categoría. Sigo teniendo el apoyo de mi oncóloga, quien me ha ayudado a estar aquí", apunta. Y valió la pena. Durante la final, logró levantar 60, 70 y 75 kilos, unas cifras que parecían casi imposibles.
"Pienso en la fuerza porque es vital para las personas que tienen discapacidad. Para estar en silla de ruedas se necesita fuerza. Al principio, estaba perdida y no conocía el deporte. Quería ser en el futuro esa guía para las personas que estuvieron en mi situación. Mi entrenadora actual tenía el mismo sueño y lo pusimos en marcha", destaca con una sonrisa.
Ahora, su siguiente meta es "trabajar para sobrevivir" hasta los JJOO de Los Ángeles. Zabala fue a visitar sola a su oncóloga para preguntarle cuánto tiempo le quedaba y, una vez que lo supo, ya sabía lo que iba a hacer con el resto de su vida. "Me gustaría sobrevivir hasta Los Ángeles. En dos años tengo el Campeonato de Europa y me encantaría revalidad mi título de campeona y podría recuperarme en ese tiempo. Según avance el cáncer, tendré un tratamiento u otro para dar todo de mí", concluye esta atleta paralímpica que nos ha dado un ejemplo a todos de lo bonita que puede ser la vida si nos fijamos en los detalles que merecen la pena.
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