La defensa de Rafa Mir, el jugador del Valencia que está siendo investigado por un presunto delito de agresión sexual, ha presentado un escrito al juzgado que investiga el caso en el que alerta de contradicciones entre la versión de la denunciante y la versión de la Policía Local de Bétera.
El escrito remitido por la defensa del futbolista es de especial trascendencia porque los agentes de la Policía Local son los primeros que llegan a la vivienda donde, supuestamente, se produjo la agresión sexual.
El atestado de la Policía Local dice que la chica les dijo a los agentes, en todo momento, que había mantenido las relaciones con el jugador de forma consentida y que la trifulca que hubo dentro de la vivienda fue porque ella y una amiga se habían peleado por ver quién mantenía relaciones con él. Esta es una versión muy parecida a la que dio el jugador. Además el acta de la Policía Local afirma que en ningún momento la víctima refirió que hubiera existido ninguna agresión sexual.
Es posible que esta novedad pueda dar un giro al caso, ya que la jurisprudencia dice que el testimonio de una víctima tiene que ser consistente, pero en este caso hay que explicar dos matizaciones.
La primera es que la denunciante, en el juzgado, dijo que no se sintió cómoda delante de los agentes de la Policía Local que asistieron a la vivienda en primer lugar, lo que es un elemento muy importante. La segunda es que ella dijo que estaba en shock.
Aunque no hay un comportamiento normo típico de una víctima, si es cierto que la justicia pide, o por lo menos pone especial énfasis en que las versiones sean mantenidas en el tiempo y corroboradas por elementos periféricos.
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