Alejandra tiene 17 años y sufre anorexia desde 2021. Ella ya lleva dos años y medio en tratamiento: “Yo lo tenía todo, una vida perfecta. Pero era infeliz y surgió la idea de que podía adelgazar para ser más feliz”. Aunque no fue lo que pasó. “Cuando llegué a ese peso, al que me había marcado, nada de mi vida había cambiado”, confesó.
Los trastornos alimentarios afectan a 400.000 personas en España, según la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (AEETCA). Esta enfermedad afecta sobre todo a las adolescentes de 13 a 14 años y por eso es importante conocer las señales que nos alertan del problema.
La historia de Alejandra comienza hace tres años: “No me sentía muy identificada con mi grupo de amigos pero tampoco quería cambiar. Perdí todo, las ganas de vivir, estaba triste todo el día y no sabía qué pasaba”. Ahí fue cuando surgió la idea de que si adelgazaba, su vida iba a mejorar. Cuando llegó a su peso marcado, se dio cuenta de que todo seguía igual.
“Solo había cambiado mi cuerpo. Sonó la alarma por todos lados, pero no la quería escuchar. Adelgazar era lo único que me estaba prometiendo una vida mejor”, afirma. Su madre fue el punto de apoyo necesario para pedir ayuda. “Dos ingresos en centros públicos que la trataron fantástico, aunque el foco estaba puesto en la comida. Salía de los ingresos con el peso recuperado pero triste”, apunta su progenitora Eva Cruz de Castro. Con el tercer ingreso, que duró seis meses, comenzó a ser la misma de antes.
Cada vez hay casos más graves y en gente más joven. “Hemos tenido niñas de ocho años. Si veo que hay cambios y dejo de comer lo que antes comía con normalidad, que empiezo a quitar alimentos, noto que me miro más al espejo, estoy mucho más reactiva y más aislada es que está pasando algo”, explica Ximena Sereno, directora ITA Moscaletar.
Comer mucha comida en poco tiempo, saltarse comidas, comer solo alimentos poco calóricos, evitar comer delante de la gente, taparse el cuerpo, tener cambios de humor, usar laxantes o diuréticos son algunas de las señales que nos advierten de esta problemática. Alejandra cogió el valor para pedir ayuda y luchar: “A día de hoy esto venciendo a la anorexia y lo puedo decir con certeza”. Y es que con su historia, esta joven nos demuestra que sí es posible salir de esta enfermedad.
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