Las distracciones al volante son la primera causa de accidentes en carretera en España. Según informa Idoia Rivas en Noticias Cuatro, la sanción por beber agua si se conduce es de 200 euros, pero la DGT insiste en que la multa no es lo que importa. Otros comportamientos que también ponen en riesgo la circulación son: el consumo de drogas, conducir sin pasar la ITV o avisar de radares y controles por redes sociales.
Hay muchos tipos de distracciones, la DGT recoge las siguientes: manejar la radio, fumar, maquillarse, manejar el GPS, leer, usar el teléfono móvil, buscar objetos y comer o beber. Durante los meses de calor la DGT recomienda tener el vehículo a 25 grados y estacionarlo cada dos horas para beber agua. No llevar las dos manos al volante es una infracción leve que puede conllevar una multa de entre 80 y 200 euros.
Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa, expone: “Podemos recordar que las distracciones al volante causan uno de cada tres accidentes mortales en España. En los últimos diez años han provocado 238.000 accidentes con víctimas, más de 30.000 heridos graves y 6.200 fallecidos”.
El hecho de conducir implica ser capaz de organizar y coordinar toda la información. Según recoge la DGT en su web, hay factores externos que favorecen que el conductor de despiste: las vías que nos resultan familiares o monótonas, una señalización excesiva, situaciones ajenas al tráfico como la publicidad, el móvil, o ver un accidente y quedarse observando.
Entre las circunstancias personales del conductor están sus propias capacidades, ya que hay personas que se distraen más fácilmente. También influye le estado del conductor, si tiene sueño o fatiga es más difícil prestar atención. El alcohol, las drogas y los medicamentos también afectan. El estado físico del conductor también puede variar durante el trayecto, sobre todo, si este es largo.
Una distracción hace que dejemos de prestar atención a la carretera. Ese intervalo en el que no se presta atención, aunque sean décimas de segundo, puede ser suficiente para provocar un accidente como: no frenar a tiempo ante un imprevisto, no ver un peligro o salirse de la carretera. La primera consecuencia de la velocidad y de las distracciones sobre la conducción es el aumento de la distancia de detención.
En el siguiente ejemplo se ve con mayor facilidad: si se marca un número de en el móvil mientras se circula a 100 kilómetros por hora, se recorrería una distancia de 140 metros antes de levantar la vista y frenar. Se lograría frenar del todo a los 155 metros y la distancia necesaria para lograr frenar sin distracciones a esa velocidad es de aproximadamente 28 metros. Todo esto supondría avanzar sin control durante 120 metros, la longitud de un campo de fútbol.
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