El gallego Manuel Otero es el único español que participó y murió en el desembarco de Normandía. Su historia ha tardado 70 años en salir a la luz después de que su sobrina llamase al Museo Militar de A Coruña. Una placa en la playa más sangrienta de Normandía -donde los aliados sufrieron más de 2.400 bajas- le recuerda.
“No teníamos constancia de que entre el Ejército norteamericano hubiera un español entre sus unidades”, explica Manuel Arenas, descubridor de la figura de Manuel Otero. Tras combatir en la Guerra Civil española, embarcó hacia Estados Unidos y estuvo trabajando allí hasta que decidió tomar parte de las tropas americanas.
Manuel Otero sabía que si se alistaba, podía conseguir la nacionalidad americana al finalizar la guerra. “Él conocía lo que era luchar en un conflicto y lo hizo por necesidad”, indica Antonio Osende, autor de ‘Manuel Otero Martínez’. Tuvieron que pasar 70 años para que su figura fuese estudiada. Y todo gracias a una familiar.
La sobrina del soldado llamó al Museo Militar de A Coruña. “Todo llegó cuando me dijo que en su casa tenía el arcón o féretro de su tío”, recuerda Manuel Arenas. Gracias a una enumeración que aparecía en la hoja de servicio, pudieron rastrearlo y comprobar que sí estuvo en el desembarco de Normandía. “Muchos españoles que acuden al cementerio de Colleville o al monumento en la playa de Ohama van a colocar su ramo de flores o una pequeña bandera española”, añade Arenas. Y es que la vida de este soldado, que descansa en Galicia, traspasa las fronteras que nos recuerda cómo cambió la historia ese trágico día.