Miles de hinchas del Real Madrid celebran con los jugadores la decimoquinta Champions

Miles de aficionados han celebrado en la capital la decimoquinta Champions del Real Madrid. El madridismo ha vuelto a tomar la Cibeles en una nueva fiesta de apoteosis blanca que culminará en el estadio Santiago Bernabéu, según informan en el vídeo Guillermo G. Gálvez y Malena Ariza.

El acceso al tráfico a la plaza de Cibeles se ha cortado para permitir el acceso a la llegada de aficionados madridistas, que la han abarrotado, al igual que el kilómetro cero, la Puerta del Sol de Madrid.

El Santiago Bernabéu, fin de la cita

La primera parada del recorrido de los jugadores ha sido la catedral de la Almudena. Florentino Pérez ha encabezado la comitiva blanca, seguido por Carlo Ancelotti y del equipo con el capitán Nacho al frente sosteniendo la decimoquinta. Hasta nueve veces el Real Madrid ha ofrendado la Champions a la patrona de Madrid.

"Gracias por jugar así", ha dicho el arzobispo. Y con las palabras de aliento del arzobispo y la bendición de la Virgen, han partido a la Puerta del Sol. Miles de madridistas les han acompañado en su recorrido.

En la puerta les esperaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha saludado uno a uno a los héroes de Wembley. Dentro, ha habido entrega de regalos a la presidenta madrileña, que ayer vivió el encuentro en vivo y en directo desde Londres.

Florentino Pérez ha aprovechado una vez más para homenajear a Toni Kross en su última etapa en el equipo.

Ayuso, enfundada en su nueva camiseta, ha marcado el rumbo a la decimosexta: "Ya lo dice el himno historia que te hiciste, historia por hacer. ¡Hala Madrid!

Antes de poner rumbo al Ayuntamiento, ha habido un baño de multitudes. Hacia las 20:40, cumplirán con el rito de colocarle a la diosa Cibeles, la bandera y la bufanda del Real Madrid.

La fiesta continuará por la noche en el Santiago Bernabéu, a partir de las 22:00 horas. El estadio volverá a ser el protagonista porque aunque la final del partido se jugó en Londres fueron muchos los aficionados que pudieron vivir en primera persona a través de una pantalla la final de la Champions.