El famoso desfile de Louis Vuitton ha desatado la ira de los vecinos -quienes denuncian la privatización de una zona pública- de Barcelona. El evento ha acabado con un detenido y siete policías heridos. Según informa Marina Pérez y Ana García Quesada, hoy ya han comenzado a desmontar la infraestructura a excepción de la zona en la que se ubicaba la pasarela, que hoy permanece cerrada.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se ha pronunciado al respecto y ha destacado “su máximo respeto”. El ayuntamiento ha asegurado que son legítimas pero ha reivindicado el impacto positivo que tiene el evento para la ciudad.
La tensión con la Policía comienza cuando los vecinos consiguen detener y rodeara varios vehículos, que llevaban a los asistentes al desfile, en el cruce de la Ronda del Guinardó con la calle Camèlies. Los antidisturbios los dispersan a empujones y porrazos para abrirle paso a los vehículos. Durante las duras cargas de los agentes, algunos vecinos responden con dureza para impedir que se produzca el evento.
Con el lema 'Los barrios no somos una pasarela para su desfile', estos ciudadanos llevan días denunciando en la calle por considerarlo una privatización de un espacio público. Pese a que intentaron llegar a la entrada del parque Guell, las fuerzas de seguridad se lo impidieron. Acto seguido, optaron por cortar el tráfico en varias vías de acceso al lugar. Los golpes y los forcejeos acabaron con un detenido y siete policías heridos, ninguno de gravedad. Mientras, los invitados y las modelos -ajenos a todo lo que ocurría- disfrutaron de los diseños de alta costura de Louis Vuitton en un evento que sí pudo celebrarse hasta el final.