La realidad que hay detrás de las mujeres que ejercen la prostitución: "Es el infierno en vida"

En el Congreso de los Diputados no se ponen de acuerdo con la ley sobre el proxenetismo, que pone en el foco a los proxenetas. El PSOE se queda solo después de que Sumar rechace la propuesta por dejar en “más precariedad, indefensión y vulnerabilidad a muchas de estas mujeres que ejercen la prostitución”. Mientras, mujeres como María -que ha ejercido la prostitución- viven una cruda realidad, según informa Lorelei Esteban. “Es un infierno en vida”, señala la joven.

María, con tan solo 22 años, salió de Venezuela en busca de un trabajo para poder ayudar económicamente a su familia. “Una amiga me dijo que tenía contactos en España y que yo solo tendría que comprar el pasaje y 1.000 euros más. Me señaló que eso lo pagaba durante un mes y que ya podía seguir con mi vida. Venía a ejercer la prostitución”, confiesa.

“Tuve una sobredosis, llevaba 76 horas sin dormir”, afirma María

Muchas mujeres llegan a España engañadas con el sueño de conseguir dinero para mantener a su familia. María fue una de ellas. Ella aterrizó en el país y la llevaron a una casa con 11 chicas más. “Llegó una mujer y me dijo ‘Tú me tienes que pagar a mí 9.800 euros y por cada multa que te ponga, tu deuda va sumando’”, cuenta.

Estas directrices convirtieron su día a día en una película de terror. Esa mujer le dejó claro todo lo que tendría que hacer: “Si yo te digo que tienes que drogarte, te drogas. No puedes salir. Si yo te digo que tienes que estar con cualquier persona, lo haces. No puedes estar enferma y no te permito que no trabajes”. Su deuda no paraba de crecer y las exigencias la llevaron al límite. “Tuve una sobredosis, llevaba 76 horas sin dormir”, relata.

“Viví cosas que jamás en mi vida voy a superar”, apunta la joven

María se percató de que ahí su vida no importaba nada: “Eres una prostituta más. Así como hay miles, a nadie que pisara ese lugar le importabas ni tú, ni tu vida ni tu bienestar”. Dejó de tener control sobre ella misma y la idea de morir se convirtió en una opción factible.

“Un hombre me golpeó hasta el punto en el que pensé ‘Si me va a matar, que me mate’. Viví cosas que jamás en mi vida voy a poder superar”, indica. Pero todo cambió cuando la Policía la sacó de ese terrible lugar del que es casi imposible escapar.