Tadea tiene 77 años y sufría temblores tan fuertes que no podía llevar una vida normal. Según informa en Noticias Cuatro Alba Lago, padecía temblor incapacitante y ahora se ha sometido a la técnica Hifu (ultrasonidos) en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Cuando entró apenas podía beber agua, pero horas después ha salido feliz del hospital, sin un solo temblor y enviando besos.
Tadea ya ha vuelto a su casa y ha querido compartir sus sensaciones y cómo afronta esta nueva etapa de su vida con los informativos. Ella comenta: “Acabamos de llegar a casa. Vamos a abrir con mi mano que era tonta y ahora se ha puesto lista”. Hacía muchos años que Tadea no abría sola la puerta de su casa.
Acaba de volver tras someterse a la intervención para quitarse el temblor incapacitante que padecía. El martes 14 por la mañana entraba a la sala de resonancia del Hospital Ramón y Cajal con fuertes temblores en sus manos. Samira Fanjul, neuróloga del Hospital Ramón y Cajal, la evalúo en su ingreso para valorar su situación.
En menos de 24 horas pasó de casi no poder beber agua a poder hacerlo sin problemas, por lo que le dieron el alta. Es un tratamiento poco invasivo en el que le afeitaron la cabeza y en una sola sesión le han quitado los temblores de su mano derecha para siempre. Ahora es capaz de hacer ella sola las pequeñas cosas de la vida
Tadea cuenta: “Ahora me desabrocho la chaqueta”. Se tiene que enfrentar a su nueva vida, algo que era impensable para ella. Mientras sirve la cena a su nieto expone: “Están esperando a que venga la abuela a echarles la cena”. Ahora puede abrir una botella de agua o servirle una cerveza a su hijo. Al acariciar a su perro dice: “¡Mira cómo me ha quedado la mano!”.
La vida de Tadea paró en seco cuando aparecieron los temblores. Su hijo y ella habían escuchado hablar de la técnica Hifu, que se realiza en la sanidad pública. Con una sesión única se elimina de forma permanente el síntoma incapacitante. Tadea expone: “Para comer me tenía que poner el plato debajo de la cabeza”. Vestirse, ducharse o abrocharse los botones pasaron a ser acciones diarias imposibles.
Marta del Álamo, neurocirujana del Hospital Ramón y Cajal, explica: “Lo hacemos con una máquina que emite ultrasonidos, lo enfocamos a una estructura del cerebro haciendo una pequeña lesión cerebral. Así interrumpimos el circuito del temblor para quitárselo de manera definitiva”. Esta técnica ya se ha aplicado a 24 pacientes en el Hospital Ramón y Cajal, a los que les han cambiado la vida.
La técnica Hifu se basa en aplicar calor muy cerca del área que se encarga de la movilidad, a 10 milímetros aproximadamente. De manera que poco a poco se sube la temperatura y se van realizando pruebas. Tres horas después de someterse a la resonancia, Tadea salió del hospital con una cara de felicidad.