Canarias se rebela contra el modelo turístico. Una veintena de organizaciones, entre ellas, vecinales y ecologistas, han convocado protestas en todas las islas, y también fuera del archipiélago.
La manifestación convocada bajo el lema 'Canarias tiene un límite', con la que se persigue exigir un cambio de rumbo radical donde prime la preservación de la naturaleza y se apueste por un turismo "de calidad, ordenado y acorde a la capacidad de carga de las islas y sus espacios naturales protegidos".
Canarias no se vende, gritan hoy miles de personas en esta protesta contra la masificación turística. En ella encontramos muchos trabajadores del sector turístico. Las manifestaciones denuncian tres grandes problemas y la precariedad es el primero de ellos. Con los sueldos es muy difícil pagar viviendas cada vez más caras, como denuncian los protestantes. La tercera denuncia son los macroproyectos urbanísticos. Preocupan especialmente dos al sur de Tenerife, como el de la Tejita, que los activistas han intentado paralizar.
Esos tres problemas han impulsado la protesta de hoy y también acciones como las pintadas que piden a los turistas que se vayan a su casa o les asegura que su lujo significa la miseria de los canarios. Algunos medios británicos hablan de 'turismofobia' y se preguntan estos días si deben dejar de ir a Tenerife. Los manifestantes aseguran que sí quieren turismo, pero más controlado.
La reivindicación ha saltado más allá de las fronteras canarias. Ha habido manifestaciones de apoyo en otras ciudades como Barcelona, Madrid y Málaga.