Así es el sistema que evita que los edificios altos se derrumben en los terremotos: ¿se usan en España?
Existe un sistema que los ingenieros colocan en su construcción para evitar el derrumbe
Un ingeniero nos enseña cómo funcionan los edificios altos ante los terremotos
Algunos edificios con el terremoto de Taiwan se han quedado en posturas casi imposibles
Uno de los temores más comunes entre los terremotos son los edificios. Con el seísmo ocurrido en Taiwán, hemos visto las posturas casi imposibles que han adaptado muchos de ellos. Las experiencias como las de Ricardo, quien vivió los temblores desde su casa, nos muestran los segundos de terror que se viven. Para que los edificios tan altos no se caigan, existe un sistema que los ingenieros colocan en su interior para evitar el derrumbe, según informa en el vídeo Dani Berbel.
José María Goicolea, profesor de Ingeniería en Caminos UPM, nos enseña cómo están hechos los edificios altos para que no se desplomen. “Funciona que cuando un edifico se mueve, se excita automáticamente el péndulo”, afirma. La diferencia en la simulación con el sistema bloqueado y activo es clave para entender cómo funciona.
MÁS
Muere el selfie junto a la Sagrada Familia: Barcelona prohíbe la toma perfecta para evitar riesgos
Indignación entre los pasajeros del crucero retenido en Barcelona por los visados falsos de 69 bolivianos
¿Quién mató a los guardias civiles de Barbate?: el elemento clave al que se aferran las defensas de los acusados
¿Tenemos edificios con este sistema para los terremotos en España?
Los edificios altos tienen un péndulo que es esencial para estos casos. Lo que ocurre a pequeña escala es lo mismo que lo que sucede con los reales. Pero este sistema no lo necesitan todas las edificaciones, solo aquellos con más de 400 metros de altitud.
En España, no tenemos este sistema en nuestros edificios porque no superan esta medida. “Las más altas que tenemos en nuestro país son las cuatro torres de Madrid y tienen casi 250 metros de altura, no tienen sistemas de masa sintonizados”, explica José María Goicolea. La única opción que nos queda es viajar, ya que estos movimientos también se producen a diario por el viento.