Un ganadero de Toledo encontró en un pajar a tres crías de gato que se habían colado. Para su sorpresa, se trataban en realidad de unos recién nacidos de lince ibérico, una especie protegida y en peligro de extinción. Los agentes medioambientales y del Seprona acudieron al lugar para averiguar si la madre seguía visitando a los cachorros.
Acurrucados en un pajar de Menasalbas (Toledo), tres crías de lince ibérico descansaban juntos. Para ver si la madre acudía a darles de comer, los agentes medioambientales colocaron unas cámaras de fototrampeo.
Un ganadero de Menasalbas fue sorprendido con una imagen un poco inusual: tres cachorros de lince ibérico descansaban en su pajar. Tras llamar a las autoridades, se colocó una cámara para vigilarlos. “Para tenerlo en todo momento localizado y saber si la madre seguía estando pendiente. Se vio que sí, que iba a alimentarlos. Como suele ocurrir, cuando llegó el domingo y el lunes, se llevó a los cachorros”, recalca Montserrat Muro, delegada de Desarrollo Sostenible. Es un caso similar al de Odrina, una hembra que nació en un granero en Ciudad Real que dio a luz ahí a sus camadas.
En 2020 parió junto a su hija Queen, con quien ha criado a su descendencia. “A día de hoy hay más de 700 ejemplares de linces en nuestro territorio. 300 adultos y en torno a 400 cachorros. Se están reproduciendo en el medio natural”, añade. Esta especie es el felino más amenazado del planeta que está aborde de la extinción. Así, se hace un seguimiento detallado a diario gracias a unos collares con GPS y se conciencia a la población sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y la biodiversidad para contemplarlos libres en la naturaleza.