La arquitectura hostil, una amenaza para las personas sintecho: se traslada el problema a otro sitio

Hay polémica en Barcelona por el proyecto de reforma del mobiliario urbano y no es la primera vez que ocurre. Varias asociaciones denuncian que, por ejemplo, los nuevos bancos están hechos para expulsar a las personas sintecho. Esto les supone que se sientan expulsados constantemente.

Se calcula que cerca de 1.300 personas sintecho duermen en las calles de Barcelona y se encuentran con infinidad de elementos de arquitectura hostil, como bolardos en portales, bancos dobles sustituidos por individuales o pinchos en los escaparates.

Antonio pasó diez años durmiendo en un portal y durante la pandemia tuvo que acudir al hospital y al volver se encontró con que en el lugar donde el dormía había ahora un aparcamiento de bicicletas. Antonio comenta que tardaron un día o día y medio en poner la zona de las bicicletas y una maceta para que él no durmiese ahí. Añade que si él no está ahí está en otro lado.

Carlos es otra persona sintecho en Barcelona que dice que ha notado que desde 2018 se ha incrementado el número de personas que duermen en la calle, por lo que cree que esto puede influir en que aumente la arquitectura hostil. Él ahora duerme en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, donde puede cubrir sus necesidades básicas de manera correcta.

La labor de la Fundació Arrels con las personas sintecho de Barcelona

La Fundació Arrels, que trabaja con personas sintecho, insiste en la necesidad de tenerlos localizados para poder ayudarlos. Ferran Busquets, director de la fundación, cuenta que hacen un seguimiento a esas personas que les pusieron elementos para que no durmieran allí en concreto y no los han vuelto a ver. Esto lo único que provoca es el traslado del problema a otro sitio.

Por ello, elaboran un mapa con ayuda de la ciudadanía para localizar este urbanismo ‘antipersonas’. Además, colocan en cada arquitectura un código QR que contiene un vídeo para concienciara la población. Recientemente llevaron a cabo la segunda edición del mapeo, en el que participaron más de 400 estudiantes de 14 centros educativos de Barcelona.

La solución que propone la Fundació Arrels es que antes de construir barreras les avisen para poder actuar como mediadores y llevar a las personas sintecho a lugares más adecuados para seguir ayudándoles. Consideran que el uso de este tipo de arquitectura supone la vulneración de derechos de estas personas y dificulta su labor de seguimiento social