La ‘cocaína rosa’ o ‘tusi’ no es cocaína, sino un cóctel compuesto de otras sustancias como la ketamina, el éxtasis, la cafeína, la cocaína y el propio colorante. La combinación de todo esto la hace todavía más peligrosa que si se consumieran sus compuestos por separado. Pero no es la única droga que se consume entre los menores, sino que hay varias.
En España a parte del tabaco y el alcohol, las drogas más consumidas el año pasado entre los jóvenes de 14 a 18 años, según datos del Plan Nacional de Drogas, son el cannabis (22%), los hipnosedantes o ansiolíticos sin receta (7,2%) y la cocaína (2,1%). La edad media de inicio en el consumo de sustancias psicoactivas en España es el siguiente: el alcohol (16,5), el tabaco (16,6), el cannabis (18,3), la cocaína (21) y los ansiolíticos sin receta (30,8).
Haciendo una distinción del consumo según el sexo del usuario de entre 15 y 64 años se observa lo siguiente: el alcohol lo han probado el 94,9% de los hombres y el 91,4% de las mujeres, el tabaco lo han probado el 74.4% de los hombres frente al 64,8% de las mujeres, el cannabis lo han probado cerca del 48,8% de los hombres frente al 32,9% de las mujeres, la cocaína un 17,4% de los hombres y un 6,6% de las mujeres, y los ansiolíticos sin receta es igual para ambos sexos con un 3,6%.
Los efectos del alcohol son varios como la demencia, delirios o alucinaciones, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, disfunción sexual o trastornos del sueño entre otros. Por su parte el tabaco puede provocar tos crónica, falta de aliento, un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, de cáncer de pulmón o un ataque cerebral; y en las mujeres puede provocar problemas menstruales, menopausia temprana y osteoporosis.
Pasando a otras drogas menos habituales y más peligrosas, están los efectos que produce el consumo de cannabis, como la dificultad para pensar y resolver problemas, problemas de memoria y aprendizaje, una coordinación reducida, dificultad para prestar atención, diversidad de problemas de salud mental y su potencial de adicción.
Los diversos efectos de la cocaína provocan graves problemas cardiovasculares y neurológicos, complicaciones gastrointestinales e incluso la muerte súbita por un paro cardiaco o respiratorio. Ya, por último, los efectos de los ansiolíticos son variados, pero normalmente pueden ocasionar somnolencia, mareos, confusión, problemas de memoria, problemas de equilibrio y coordinación, e incluso comportamientos agresivos.