El crucero más grande del mundo ha zarpado por primera vez desde el puerto de Miami. Se trata de un barco que tiene una capacidad de 10.000 personas, lo que correspondería a una ciudad española. Todos los pasajeros cuentan con mucho lujo y diversión en un proyecto que ha costado dos mil millones de euros. ¿El problema? Que este tipo de ocio puede salir bastante caro para el medio ambiente. Así lo ven los ecologistas, quienes han denunciado el elevado riesgo que existe de contaminación al emitir metano, un potente gas de efecto invernadero.
Siete piscinas, 40 restaurantes, 20 cubiertas y un parque acuático se distribuyen a lo largo de 365 metros de largo y con 250.000 toneladas . Así es el nuevo crucero que se mueve con propulsión de gas natural licuado. “Será uno de los últimos propulsados con metano. La industria de transporte marítimo apuesta por gas natural como sustituto de los combustibles fósiles”, explica Anna Barford, de Stand Earth.
Bryan Comer, director del Programa Marino del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), sostiene que no es una buena opción de cara al futuro del medio ambiente. “Es un paso en la dirección equivocada”, añade. El ICCT publicó un informe describiendo cómo las emisiones de metano de los barcos, propulsados por gas natural licuado, son más altas de lo que suponían las regulaciones actuales.
El gas natural líquido se quema de forma más limpia que los combustibles marinos tradicionales. El GNL permite una mayor reducción de las emisiones en general, prácticamente cero dióxido de azufre y partículas y una reducción significativa en la producción de óxido de nitrógeno. El peligro reside en el riesgo de las fugas, ya que el metano es un gas de efecto invernadero que atrapa 80 veces más calor que el dióxido de carbono a lo largo de 20 años. De ahí la importancia de reducir estas emisiones para frenar el calentamiento global.
Según la ‘BBC’, un portavoz de Royal Caribbean ha comunicado que el crucero es un “24% más eficiente energéticamente de lo que exige la Organización Marítima Internacional para los barcos modernos”. Nick Rose, vicepresidente asociado de Gestión Medioambiental de Royal Caribbean, ya explicó que el GNL es "un paso en la dirección correcta aunque se trata de un combustible de transición". "El GNL es un combustible de transición probablemente la industria avanzará hacia nuevos modelos de combustible todavía más eficientes", afirmó en una entrevista a Europa Press.
"Royal Caribbean ofrece una fórmula holística en la que cada área lleva a cabo sus propias iniciativas implicando además a los huéspedes en la defensa del mar y del medioambiente a nivel global", concluyó Janet Diaz, manager de iniciativas de comunicación estratégica de la naviera.