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Hay muy pocas probabilidades de sufrir un accidente de avión y todavía menos de sobrevivir a él. Annette Herfkens fue la única superviviente de un accidente aéreo en 1992 en Vietnam y ha plasmado su impactante historia en un libro: ‘Turbulencias. Una historia real de supervivencia’. La protagonista de este increíble relato cuenta a Hugo Domínguez cómo logró sobrevivir 8 días en la selva, sola y gravemente herida.
Annette Herfkens estaba de vacaciones con su prometido en Vietnam cuando su idílico viaje se convirtió en tragedia y en una increíble historia de supervivencia. La pareja formaba parte del pasaje del vuelo 474 de Vietnam Airlines que cubría la ruta entre Ciudad Ho Chi Minh y Cam Ranh. Los pilotos perdieron el control de la aeronave por culpa de una fuerte tormenta tropical y chocaron contra la cresta de una montaña. Murieron 24 pasajeros y 6 tripulantes. Todos menos ella.
En su libro, Annette cuenta por qué siempre lleva consigo una botella, el agua le permitió sobrevivir tras el accidente de avión. “Hubo una caída brusca, la gente gritaba, mi novio me miró, me estrechó su mano, yo le cogí y todo estaba negro después", relata.
Cuando despertó estaba en la selva de Vietnam. El pequeño avión había quedado destrozado y todos habían muerto menos ella, que estaba gravemente herida, "tenía el pulmón colapsado, tenía doce fracturas en la cadera, las piernas y mi mandíbula".
Su relato está plasmado en un libro que se acaba de traducir al castellano, ‘Turbulencias’, donde cuenta cómo se mantuvo con vida aplicando lo aprendido trabajando en el Banco Santander: ir paso a paso, sin precipitarse. "Yo hice un plan y lo dividí en etapas alcanzables y cuando lo lograba me felicitaba", explica.
Ahora, 33 años después la botella de agua que sostiene en una mano rememora su mayor logro: mantenerse hidratada. Con el material aislante del avión hizo pequeñas pelotas que sirvieran de esponjas, "esperé la lluvia y se mojaron las pelotas y cada 3 horas me tomaba una".
Annette estaba rodeada de 30 cadáveres, con fortísimos dolores por las heridas y pensó que tenía que evadirse, “hay que apagar el juicio, la mente” y se decía “no te fijes en los muertos fíjate en la belleza, como el sol entraba por los árboles, estaba muriendo muy feliz, era tan bonito que lo comparo con un orgasmo”.
Estuvo sola en la selva ocho días. En 2006 volvió a Vietnam y se reencontró con uno de sus rescatadores. Ahora, cuenta por el mundo su extraordinaria historia.
Esta holandesa pertenece al reducido club de los que han sobrevivido a un accidente de avión, “es un club muy pequeño, no hay mucha gente”, bromea.
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