La Conferencia de Seguridad de Múnich ha constatado la fractura entre Estados Unidos y Europa: en menos de 72 horas, el trumpismo ha impuesto aranceles, cuestionado la democracia en el Continente y ninguneado a Bruselas de las negociaciones de paz para Ucrania.
La máxima responsable de Exteriores de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha mantenido este domingo una reunión informal con los responsables diplomáticos de los Estados miembro que se han quedado en el último día de la Conferencia de Seguridad de Múnich, marcada por el debate sobre el aumento del gasto europeo en defensa y la nueva relación con EEUU con la guerra de Ucrania como telón de fondo.
"Europa se mantiene firmemente unida para apoyar a Ucrania y fortalecer nuestra propia defensa", ha manifestado Kallas al término del encuentro, antes de prometer que "pronto presentaremos nuevas iniciativas para llevar adelante" estas promesas.
Cabe recordar que Kallas participó ayer en un encuentro de ministros de Exteriores del G7 que representó el debut del nuevo secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, en este foro y en un momento en que los presidentes ruso y norteamericano, Vladimir Putin y Donald Trump, están emprendiendo conversaciones a este respecto.
Al término del encuentro, el G7 exigió a Rusia "esfuerzos reales y de buena fe para poner fin de manera duradera a la guerra contra Ucrania" y condicionó futuras sanciones a esta actitud. Al encuentro fue invitado el ministro de Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, quien pidió por su parte "garantías de seguridad fiables, y con Estados Unidos a bordo, para avanzar hacia una paz justa y duradera".
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