La NASA acaba de elevar la probabilidad de que un asteroide impacte contra la Tierra. Calculan que tiene entre 40 y 100 metros de diámetro, es decir, puede ser más grande que un avión. La probabilidad de que impacte contra la Tierra ya es del 1,9%, mucho mayor a la posibilidad de que nos toque la lotería.
Estiman que el asteroide 2024 YR4 -que mide entre 40 y 90 metros de diámetro- podría impactar en diciembre de 2032. El coordinador del servicio de información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, Juan Luis Cano, recuerda que sigue habiendo “un 98,5% de posibilidades de que no impacte con la Tierra" y que "no quieren transmitir un mensaje catastrofista a la sociedad”. "No va a desaparecer la humanidad, no se va a destruir la Tierra. Tenemos que ocuparnos de él, no preocuparnos", incide el astrofísico Javier Licandro.
El Grupo Consultivo de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG) emitió una notificación de potencial impacto de asteroide el 29 de enero. Cano señala que tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea informan “como expertos y por sus protocolos, ya que tienen que poner atención especial a este asteroide en particular”. De momento, se encuentra a 58 millones de kilómetros de nuestro planeta.
"Lo más probable es que disminuya la probabilidad de impacto con el tiempo", sostiene Licandro. "Podemos descartar que caiga en Europa", añade Licandro. En el documento se afirma que, si el asteroide impacta en la Tierra, el pasillo de riesgo sería el Océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico África, el Mar Arábigo y el sur de Asia. En el improbable caso de un impacto, se producirían daños graves por explosión. El SMPAG activa sus avisos cuando el objeto supera el 1% de posibilidad de impacto y tiene más de 50 metros de tamaño.
Con el asteroide 2024 YR4 es la primera vez en 20 años que se encuentran “con un caso tan relevante”. El anterior fue el objeto Apofis descubierto en 2004, pero se redujo el nivel de riesgo. 2024 YR4 podrá seguir observándose hasta abril, cuando ya no podrá verse al seguir su ruta hasta que vuelva a nuestro planeta en 2028 y después en 2032.
Estaríamos ante una situación similar al asteroide que cayó en Siberia a principios del Siglo XX. "Devastó más de 2.400 kilómetros cuadrados de bosque. Si eso ocurre en un área muy poblada puede ser un desastre de magnitud importante. Si ocurre en el océano, puede generar un tsunami", resalta el astrofísico. En ese caso, se podría mandar una nave como ya se hizo en 2022 con el asteroide que le dieron en medio para partirlo en dos.
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