Algunos de los presos liberados por Israel son recibidos como héroes. Es el caso de Zakaria Zubeidi, el jefe más conocido de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Zubeidi ha vuelto a casa por todo lo alto en medio del intercambio de los rehenes. Centenares de fanáticos se agolpan alrededor del autobús en el que viaja Zakaira Zubeidi, exlíder miliciano involucrado en ataques mortales hace dos décadas. Todos esperaban su liberación como quien aguarda a la entrada de un concierto, según informa Lorelei Esteban.
Zakaira Zubeidi aparece tras el cristal y se desata la euforia. Un hombre sujeta la bandera del grupo armado que lideró, le hacen fotos y graban el momento mientras él pide a sus seguidores que abran paso. Tras caer la noche, lo pasean a hombros ante los gritos extasiados de la gente.
La vida de Zubeidi podría ser el guion de un largometraje. Comenzó su carrera como policía en la Autoridad Palestina, pero pronto se convirtió en un terrorista. En 2019, fue detenido por participar en un tiroteo. Dos años más tarde, su leyenda se fraguó al escapar de una prisión israelí de máxima seguridad. Lo hizo con otros cinco palestinos al más puro estilo cinematográfico: consiguió escapar de la prisión excavando un túnel con una cuchara. Aunque a los pocos días volvió a ser arrestado. Ya por aquel entonces, los palestinos salieron a las calles a celebrarlo, pero su mito venía de lejos. Su vida ha transcurrido entre Yenín, Ramala y la cárcel.
Con 15 años entró por primera vez en prisión y se convirtió en el líder del grupo armado Al-Aqsa en una de las personas más buscadas por Israel en los años 90. A sí mismo se apodó ‘El dragón’. Su cuerpo está lleno de balas y su rostro de cicatrices. Zubeidi ya se ha convertido en un líder histórico de las milicias, a quien han recibido como un héroe en Ramallah.
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