La farmacéutica Purdue Pharma y la familia Sackler, dueños de esta, han llegado a un acuerdo por 7.400 millones de dólares (7.099 millones de euros) para enfrentar la demanda interpuesta contra ellos por su papel en la crisis del fentanilo en Estados Unidos. Esta cifra es la que tendrán que pagar a las víctimas a las que dispensaron el medicamento sabiendo que era altamente adictivo. Este acuerdo no blinda, en principio a la saga familiar de más juicios sobre este asunto.
La crisis de los opiáceos en estados unido ya tiene cifra: 7'4 millones de dólares. La familia Sackler y su farmacéutica Purdue Pharma han acordado pagar esa cantidad para resolver las miles de demandas interpuestas por el papel de su medicamento Oxycontin. Ambos fueron acusados de promover durante años su potente analgésico, a sabiendas de que era muy aditivo. La venta de este producto les proporcionó millones de dólares de beneficio.
Según las autoridades este opioide está detrás de más de 700.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos y ha abierto la puerta a la crisis del fentanilo.
La farmacéutica Purdue se declaró culpable de los cargos de falsificación y fraude. Sin embargo, los miembros de la familia Sackler han negado haber actuado mal y solo han expresado su pesar. "Quiero expresa la profunda tristeza de mi familia por la crisis de los opiáceos”, decía uno de sus miembros.
Este acuerdo pone fin al control de la familia sobre la farmacéutica, que no podrá vender opioides en Estados Unidos.
El Oxycontin es un medicamento extremadamente adictivo, tres veces más potente que la morfina, que se coló en centenares de casas con la promesa de mitigar el dolor, pero que acabó destruyendo miles de vidas.
En junio de 2024, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ya declaró la nulidad de un primer pacto por 6.000 millones dólares (5.756 millones de euros) que contemplaba una limitación de la responsabilidad de los Sackler a cambio de proporcionar fondos de compensación y rehabilitación. De esta forma, la familia ya no tendría que encarar demandas civiles.
Además, la empresa quería reestructurarse y declararse en quiebra para cerrar el paso a miles de reclamaciones, muchas de ellas presentadas por administraciones estatales y locales de todo el país que alegaban que Purdue agravó la situación tras afirmar que el Oxycontin no era adictivo e incentivar su prescripción masiva.
"La familia Sackler persiguió implacablemente el lucro a expensas de los pacientes vulnerables y desempeñó un papel fundamental en el inicio y el impulso de la epidemia de opioides", ha asegurado la fiscal general del Estado de Nueva York, Letitia James, en declaraciones recogidas por 'Bloomberg'.
"Aunque ninguna cantidad de dinero podrá reparar completamente el daño que causaron, esta afluencia masiva de fondos aportará recursos a las comunidades necesitadas para que puedan sanar", ha añadido.
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