Estados Unidos se enfrenta una vez más al posible cierre de su administración a partir de la próxima noche. Según informa el subdirector de Noticias Cuatro, José Luis Fuentecilla, esto significa que el Gobierno federal dejará de gastar y de pagar los sueldos de más de dos millones de funcionarios porque ha expirado el presupuesto y no hay uno nuevo. Y el papel de Elon Musk, el hombre de confianza de Donald Trump, ha sido clave.

“Solo siguen trabajando los funcionarios considerados esenciales y la mayoría lo hace sin cobrar. Por ejemplo, el Ejército, los controladores aéreos o los servicios sanitarios, pero no lo hacen otros trabajadores administrativos como los trabajadores de museos o parques", sostiene Fuentecilla.

Republicanos y demócratas han fracasado a la hora de sacar adelante un acuerdo para prorrogar el presupuesto. Si no lo consiguen en las próximas horas, el Gobierno federal dejará de pagar los sueldos de millones de funcionarios. Se trata de un proceso que ha ocurrido 20 veces desde 1976. “En el primer mandato de Donald Trump, sin ir más lejos, mandaron a casa a 800.000 funcionarios y estuvieron así un mes”, explica José Luis Fuentecilla.

“Muchos estuvieron tan al límite que tuvieron que acudir a los comedores sociales en Washington. Otras veces, el cierre ha durado unas horas o unos días hasta que se alcanzaba un nuevo acuerdo presupuestario”, añade el subdirector de Noticias Cuatro. La presión y la interferencia que ha ejercido el empresario Elon Musk no tiene precedentes.

“El multimillonario ha lanzado una campaña brutal contra un acuerdo para prorrogar el presupuesto que no gustaba a Trump. No solo eso, también ha amenazado a los congresistas republicanos: usará todo su dinero para impedir la reelección de los que le desobedezcan”, destaca el subdirector de Noticias Cuatro. Y es que la influencia que del hombre más rico del mundo en el Gobierno de EE.UU es bastante visible. Tras la victoria en las elecciones, Trump dijo que “había nacido una estrella”.

El empresario es el gran detonante de la campaña del presidente electo estadounidense y el nuevo hombre de confianza del magnate. Musk presionó para dinamitar un proyecto de Ley de Financiación de Consenso, un acuerdo entre republicanos y demócratas que evitaría el cierre del Ejecutivo. Con su plataforma X como altavoz, con más de 208 millones de seguidores, Musk tuiteó de forma compulsiva con 150 publicaciones en horas exigiendo a los republicanos que rechazaran cualquier acuerdo. Eran unos mensajes que incluían noticias falsas, con presiones directas con nombres y apellidos y un anuncio de represalias políticas.

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