El calvario de dos hermanos encarcelados en la misma prisión de Siria sin saberlo

Se cumple una semana del derrocamiento del régimen de Bashar al Assad en Siria. El país que ha acogido al dictador y principal aliado junto a Irán, Rusia, ha anunciado hoy la retirada de parte de su personal diplomático en Damasco. Sin embargo, son miles los sirios que vuelven a su país. 

El dictador mantenía en las cárceles en condiciones infrahumanas. Marcos Méndez, reportero de 'Noticias Cuatro', ha hablado con dos hermanos, que estuvieron encarcelados en la misma prisión sin saberlo.

El calvario de Mohammed y su hermano

"Los guardias nos daban patadas para no tocarnos con las manos. Tenían una espada de goma con la que nos pegaban en la espalda y en las plantas de los pies. Íbamos siempre descalzos y no podíamos quejarnos", relata Mohammed, preso durante cuatro años por militar en un partido islamista.

Estuvo en la cárcel roja donde el régimen de Bashar al Assad metía a sus peores enemigos. Mohammed estuvo bajo tierra, un lugar del que casi nadie podía salir. Él mismo lo califica como una "tumba, un infierno". Fueron cuatro años y medio de miedo, de torturas, de dolor y de no saber si iba a vivir o si iba a morir. Las palizas eran constantes y no vio el sol durante todo ese tiempo, algo que es evidente dado su color de piel.

Le quedan pocos dientes, torcidos y ennegrecidos por las palizas. La falta de higiene era escasa y la comida, según él, era "asquerosa".

Sobre los rumores de que a los presos les diesen de comer a los muertos, Mohammed lo desmiente y asegura que no cree "que pasase eso". Aunque tampoco vio con sus propios ojos muchas de las torturas descritas durante estos días. No dice que no sucedieran, pero en ese infierno la curiosidad era una pena de muerte.

A su familia le comunicaron que había muerto y que no le buscasen más. El destino hizo que, poco tiempo después, su hermano fuese arrestado por molestar al Ejército y entrase en la misma prisión que él. Ahí coincidieron dos años.

Su liberación

Mohammed fue liberado por los rebeldes hace una semana y su hermano, por suerte, llevaba en libertad desde hace meses. Ahora, Mohammed ha podido reencontrarse con sus hijos aunque en un primer momento no le conocían.

Ahora los dos hermanos intentan sobrevivir en esta nueva Siria que, esperan, le tengan en cuenta.

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