La guerra de Ucrania cumple 1.000 días con un nuevo giro de guion después de que Joe Biden autorizara el uso de los misiles de largo alcance de su país. Según informa Cristina Herráez en el vídeo, el ejército ha hecho uso de ellos por primera vez contra Rusia y Vladimir Putin ha reaccionado afirmando que se reserva el derecho de responder a estos ataques con armas nucleares. Este conflicto deja más de un millón de víctimas, entre heridos y fallecidos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha conmemorado los 1.000 días de guerra con un vídeo que recuerda el sufrimiento por los bombardeos rusos, la movilización civil contra la invasión y, también, el apoyo que gran parte de la comunidad internacional le ha mostrado en los dos últimos años, en forma de ayuda económica y militar.
Estos 1.000 días de guerra dejan más de un millón de víctimas entre muertos y heridos. La ONU cifra en más de 11.000 la cifra de civiles muertos y 20.000 los heridos desde que comenzó el conflicto. En cuanto a los militares, alrededor de 280.000 han muerto y 800.000 han resultado heridos, sobre todo en las filas rusas. Además, hay más de seis millones de desplazados.
Después de estos más de dos años de guerra, las tropas rusas han ido avanzando hasta tomar casi una quinta parte del territorio ucraniano.
Coincidiendo con este aniversario Ucrania ha lanzado los primeros misiles de largo alcance de fabricación estadounidense contra Rusia. Vladimir Putin ha respondido aprobando una nueva doctrina que va a permitir a Rusia responder con armas nucleares al impacto de estos misiles en su territorio.
Volodímir Zelenski ha logrado en estos 1.000 días de guerra, mantener desde el principio el apoyo de Estados Unidos y también el de la Eurocámara. Ahora, todo puede cambiar con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente electo de Estados Unidos prometió durante la campaña que en 24 horas pondría fin a esta guerra a las puertas de Europa.
El 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin ordenaba la invasión de Ucrania con la intención de derrocar al gobierno de Zelenski en poco más de 48 horas y evitar así que siguiera aproximándose a Europa y a la OTAN.
Pero el presidente ucraniano resistió el envite con la ayuda de sus aliados y la supuesta guerra relámpago se convirtió en una guerra de posiciones con errores y aciertos, avances y retrocesos en un frente plagado de drones, un armamento barato, efectivo y omnipresente.
Mil días después, con Joe Biden apurando su mandato y Donald Trump a las puertas del segundo, Rusia aprieta el acelerador de cara a futuras negociaciones, avanza hacia el sur y pretende recuperar su territorio en Kursk con apoyo de soldados norcoreanos.
Este movimiento fue el que llevó a Biden a autorizar el uso de misiles estadounidenses en suelo ruso, aunque solo en la región de Kursk. Lo que, a su vez, ha empujado a Putin a poner sobre la mesa la amenaza nuclear.
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