El Líbano es un país explosivo ahora mismo y clave para que se extienda o no esta guerra a toda la región después de que las tensiones con Israel hayan aumentado. Ha sido una semana negra para Hezbolá, con dos altos jefes fallecidos. El último ataque deja 30 personas fallecidas y todavía hay más de 20 desaparecidos y 60 heridos, según informa Marcos Méndez.
Israel atacó dos edificios en el sur de Beirut, en cuyos bajos se estaba celebrando una reunión de las fuerzas de élite de Hezbolá. 16 de esos miembros murieron, entre ellos, Ibrahim Akil, uno de los hombres más preparados del partido-milicia chií libanés.
Además de la treintena de fallecidos del ataque, hay que sumar los casi 40 que han perdido la vida a causa del estallido de dispositivos de comunicación --buscas y walkie-talkies-- vinculados a Hezbolá entre el martes y el miércoles. Esto ha hecho que no se puedan comunicar entre ellos, por lo que la situación de Hezbolá en el Líbano es muy difícil.
Esto ha alterado mucho la vida de la población. Hay gente que está preparando las maletas. Los que pueden quieren salir del país y otros mudarse a zonas que consideran más seguras, como el norte del país.
La palabra guerra está en absolutamente todas las conversaciones. Marcos Méndez ha confirmado que les han pedido no ir al sur del país, donde se han dado los ataques.
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