Continúan los disturbios y las protestas antiinmigración en Reino Unido tras el apuñalamiento de las tres niñas de Southport. Los manifestantes han intentado incendiar mezquitas y varios hoteles donde se acoge a solicitantes de asilo. Según informan Daniel Postico y Álvaro Berro en el vídeo, hay varios agentes heridos y unos 200 detenidos por todo el país. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha celebrado una reunión de urgencia con el gabinete de seguridad.
Según informa Daniel Postico desde Londres, Starmer ha reunido al gabinete de seguridad con los jefes de la policía para discutir como actuar durante los próximos días y han discutido como limitar las redes sociales para evitar la desinformación y la posibilidad de acelerar los procesos judiciales para meter en prisión rápidamente a los participantes en los disturbios.
Tras el encuentro, Starmer ha confirmado que la Policía tendrá acceso a un "Ejército permanente de oficiales especialistas" que estarán "listos para ser desplegados para apoyar a las comunidades", y ha señalado que "se intensificará la justicia penal" en contra de aquellos responsables de los disturbios, según informaciones recogidas por Sky News.
Asimismo, Starmer ha subrayado que los discursos de odio y delincuencia en Internet también se abordarán con la misma seriedad. "Esto no es una protesta, es pura violencia y no toleraremos ataques a mezquitas ni a nuestras comunidades musulmanas", ha recalcado el jefe de Gobierno británico.
Al respecto de las acusaciones del populista partido Reforma sobre una supuesta "Policía de dos niveles", Starmer ha rechazado estas críticas y ha subrayado que en Reino Unido tan solo hay "una Policía sin miedo ni favoritismo, exactamente como debería ser".
Mientras, la ira se extiende por el Reino Unido y una manifestación antiinmigración ha acabado en graves disturbios. Una turba ha rodeado un hotel donde se alojan solicitantes de asilo mientras la policía intenta defender el edifico, pero los manifestantes han conseguido hacer una brecha en esa línea de defensa, rompen una ventana y queman un contenedor. Ha habido 10 agentes heridos.
Otros edificios señalados han sido las mezquitas, donde además de una fuerte presencia policial, se han formado grupos de musulmanes para defender sus edificios.
En Bolton la policía carga a caballo para separar manifestaciones antiinmigración y contra manifestantes. La tensión crece sin parar y las imágenes violentas se repiten por todo el país. Nacionalistas irlandeses y británicos, protestantes y católicos, se abrazan y marchan juntos contra el islam en Belfast.
En Lancaster un grupo grita escoria nazi fuera de las calles a los manifestantes antiinmigración que la policía tiene que contener. 300 personas se han reunido para defender la mezquita en Midelsbraug, mientras grupos de jóvenes aprovechan el caos y la falta de policía para reventar cristales, coches y asaltar comercios.
El primer ministro, Keir Starmer sigue condenando la violencia de extrema derecha y amenaza a los racistas.
Los disturbios en Reino Unido, que por ahora se han saldado con 200 detenidos, han surgido a raíz del apuñalamiento masivo de menores de edad ocurrido la semana pasada en Southport, al norte de Liverpool. Los manifestantes apuntan al origen migrante del atacante, si bien las autoridades del país insisten en desvincular lo ocurrido de la nacionalidad del autor, un adolescente galés con raíces ruandesas.