La historia del supuesto espía ruso detenido en Francia, que pretendía atentar contra los Juegos Olímpicos de París 2024, supera a la ficción. Kirill Gryaznov se presentó en el país como un chef de alta cocina formado en ‘Le cordon Bleu’, la reconocida escuela culinaria francesa. Y en su tierra natal, es un asiduo de concursos televisivos. Gryaznov tuvo una conversación telefónica con un supuesto superior suyo donde decía que la ceremonia de apertura -para la que Francia se ha blindado- "sería como ninguna otra", según informa Diego Arce.
Bajo su careta de chef amable y cercano, se escondía un supuesto espía ruso que planeaba atentar en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Gryaznov -que cuenta con 10.400 seguidores en Instagram- se encuentra detenido desde el pasado 19 de julio. Las autoridades francesas sospechan que planeaba una operación a gran escala de graves consecuencias.
Kirill Griaznov, de 40 años, se presentaba como un chef de alta cocina con gustos finos y presuntuosos. Pero, lo cierto, es que tenía una doble vida llena de lujos, amigos y parejas desconocedoras de su pasado. Hasta que su adicción al alcohol le jugó una mala pasada. En una cena en la que estaba ebrio, desveló a unos desconocidos que era miembro del Servicio Federal de Seguridad ruso.
Como no le tomaban en serio, llegó a enseñar una identificación. El diario ‘Le Monde’, que es el que publicó las informaciones, asegura que hay conversaciones telefónicas de Gryaznov con un supuesto superior suyo de la Agencia de Seguridad rusa, donde el chef se jactaba de que los JJOO tendrían una ceremonia inaugural como ninguna otra. Ahora, se enfrenta a una posible pena de 30 años de cárcel.
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