La vicepresidenta Kamala Harris es la elegida por Joe Biden para ser la candidata demócrata a la Casa Blanca tras anunciar su retirada a la presidencia . En tan solo nueve horas, ella ha recaudado 47 millones de euros para su campaña, una cifra sin precedentes. Aunque hay pesos pesados dentro del partido demócrata que no apoyan esta decisión, según informa Edgar Costa.
Tras la renuncia de Joe Biden, se abre formalmente la contingencia para poder tomar el relevo. Se trata de una noticia que formalmente se lanzará el 18 de agosto en la convención que se celebrará en Chicago. Todas las miradas están puestas en la número dos del presidente de Estados Unidos que ya ha roto barreras.
Kamala Harris nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland (California). Tiene 59 años y varios logros a sus espaldas. Es la primera vicepresidenta mujer en Estados Unidos y antes fue la primera fiscal de distrito en San Francisco. Así, fue la primera fiscal general de California y en 2016 se convirtió en la segunda mujer negra y la primera de origen indio en ganar un escaño en el Senado.
A pesar de haber sido una de las contrincantes de Joe Biden en las primarias, él la nombró su mano derecha. Harris es hija de inmigrantes. Su padre Donald Harris -un economista de Jamaica- es profesor en la Universidad de Standford y su madre Shyamala Gopalan es una investigadora contra el cáncer en la India. Ambos se separaron cuando ella tenía siete años.
Graduada en Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de Howard, Harris se especializó en la lucha contra el crimen. Ella es feminista y está a favor del aborto. Su seña de identidad es la lucha contra las adversidades, aunque venir de una familia acomodada e intelectual le ha pasado factura. Y es que en los Estados desfavorecidos -donde se la juega de cara a las elecciones- no está bien vista. Está casada con un hombre judío y no tiene hijos.
Durante el mandato de Biden, ha estado al frente de la política migratoria -con un planteamiento tibio que la ha penalizado. y de la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres. Apoya a Benjamín Netanyahu y es partidaria de financiar a Israel. Su carisma ha estado en retroceso, pero su tesón y determinación podrían ser la clave para que se convierta en la primera mujer presidenta de EEUU.
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