En Leeds (Reino Unido) las calles llevan horas ardiendo por la protesta de un grupo de migrantes. Según informa Cristina Herráez en Noticias Cuatro, todo comenzó cuando los servicios sociales fueron a quitarle la custodia de sus hijos a unos padres. La Policía ha preferido huir de la zona hasta que la situación se calmase, pero la concejala del distrito ha asegurado que siguen presentes allí y ha hecho un llamamiento a los vecinos para que se queden en sus casas.
En un vídeo se puede observar cómo la multitud indignada tira piedras, apalea y zarandea un coche de la Policía hasta volcarlo. La turba jalea victoriosa y al final consiguen que los agentes se aparten y que no intervengan en la retirada a unos padres de la custodia de sus hijos por parte de los servicios sociales.
Aun así, los ánimos continúan encendidos y la violencia fue a más. Usaron bengalas, fuegos artificiales y quemaron vehículos. Llegaron a quemar un autobús eléctrico de dos pisos de transporte público, ante el asombro y la desaprobación de varios de los testigos. Algunos residentes, como una señora que aparece en un vídeo, reprenden a los violentos y se encaran a ellos para que dejen el mobiliario urbano.
Con decenas de móviles grabando los incidentes, las redes sociales comenzaron a llenarse de mensajes inculpatorios, especulando sobre las causas de lo ocurrido. Esto es justo lo contrario a lo que piden las autoridades, quienes aseguran que estos disturbios no son obra de un colectivo racial o religioso, sino de una minoría criminal que intenta perturbar las relaciones comunitarias.
Según recoge The Guardian, desde las 21:00 (GMT+1) no hubo ningún Policía presente donde se estaba produciendo el disturbio principal, se retiraron a unas calles más alejadas, mientras que un helicóptero se encargaba de monitorear la situación desde el aire. La Policía de West Yorkshire prometió una investigación profunda de todos los delitos penales, incluyendo los daños a vehículos por incendio.
El autobús de dos plantas fue incendiado en Foundry Approach, lo que generó una columna de humo negro que se elevaba por encima de los edificios y era visible a kilómetros de distancia. El vehículo de transporte público estuvo ardiendo durante horas mientras que los vecinos arrojaban agua recogida de las casas cercanas para tratar de sofocar las llamas.
Otro incendio de menor magnitud se originó en el cruce de carreteras de Harehills Lane, el cual permaneció horas activo porque varias personas arrojaban escombros para alimentarlo. Los residentes que se encontraban en las calles cercanas a los sucesos ofrecieron refugio y bebida a varias personas que estaban en ese momento por las calles. Muchas personas expresaron su frustración por la ausencia de una presencia policial visible, aunque parece que horas después disminuyó un poco la tensión.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.