El Consejo de Ministros da luz verde a la eutanasia en Francia. La ley que impulsa Emmanuel Macron es más restrictiva que la española y mucho más que la holandesa y la belga. Tan solo podrán optar las personas que tengan una enfermedad que le provoquen la muerte a corto o medio plazo. Quedan excluidas el Alzheimer o la demencia.
La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, ha evitado hablar de eutanasia y suicidio asistido en su comparecencia. Y es que en el proyecto de ley se utilizará la expresión “muerte asistida”. Si se aprueba en Francia, se sumará a la corta lista de países que permiten la muerte asistida.
El Gobierno francés ha presentado un proyecto de ley que abre la vía a la legislación del suicidio asistido y de la eutanasia, bajo cuatro condiciones muy estrictas. Será reservado para personas mayores de edad, los afectados tendrán que tener un discernimiento claro, tendrán que sufrir una enfermedad incurable que le provoque la muerte a corto o medio plazo y se evaluará el sufrimiento físico y psicológico del paciente.
Si lo aprueban, el país se uniría a otros que ya lo permiten como Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, que fueron los primeros en hacerlo desde a principios de siglo. Después se unió Suiza en los años 80, Colombia en 2015, Canadá en 2016, varios Estados de Australia y Estados Unidos, España y Nueva Zelanda, que lo hicieron hace poco, y Portugal, que la despenalizaron hace un año. En Italia no hay una ley pero sí una sentencia constitucional que lo permite.