Muy pocas veces se había visto un eclipse solar desde tantos puntos de vista diferentes. Desde el suelo, desde un avión, desde un satélite de Elon Musk o desde la propia Estación Espacial Internacional (ISS). Según informa en el vídeo Irene Fernández, la euforia acompañó al fenómeno desde todas las partes.
Desde Mazatlán (México), que fueron los primeros en verlo, hasta Terranova (Canadá), los últimos. El eclipse fue atravesando Norteamérica en diagonal. El fenómeno deja imágenes curiosas como las extrañas sombras que proyectan las hojas de los árboles. Duró cinco horas hasta que volvió a salir la luz del Sol tras la Luna.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México fue el país desde el que mejor se podía observar el eclipse, ya que en el norte del país se llegó a apreciar al 100%. Aldo Rodríguez Puebla, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, explica que este eclipse es realmente histórico para su país, el fenómeno que vieron fue un eclipse total de Sol, lo que quiere decir que la Luna se encuentra entre la órbita de la Tierra y el Sol.
El eclipse oscureció desde el estado de Sinaloa hasta el de Coahuila. Aunque en la Ciudad de México solo se vio de forma parcial, ya que el Sol se ocultó en un 79% durante unos cuatro minutos y medio. En Ciudad Universitaria se congregaron más de 7.000 personas para verlo, ya que desde julio de 1.991 no había vuelto a pasar.
Washington (Estados Unidos) celebró un festival al aire libre con diversidad de actividades para así observar el último eclipse solar en el país hasta dentro de 20 años. Miles de personas se reunieron en el parque National Mall, allí el Museo Nacional del Aire y del Espacio preparó una celebración que duró cuatro horas. Una de las actividades que más destacó fue la de la posibilidad de observarlo con telescopios. Desde este estado se pudo ver el Sol cubierto al 89% por la Luna.
Nueva York también quiso festejar este evento. Allí el eclipse fue parcial y realizaron fiestas de visionado ciertos lugares históricos como el Observatorio del Empire State o el Museo Intrepid. Las ganas de la población por verlo, llevó a que las personas se reunieran de manera espontánea en las calles y los edificios. Un neoyorquino comenta que los aztecas estarían aterrados porque tuvieron un terremoto y un eclipse en una semana.
Centenares de miles de personas se reunieron en las cataratas del Niágara. Las autoridades canadienses habían previsto que cerca de un millón de personas viajarían, pero las malas condiciones meteorológicas hicieron que muchos no lo hicieran. Aun así, las personas se reunieron tanto en el lado estadounidense como en el canadiense para presenciar las primeras fases del eclipse a pesar del cielo nublado.