El objeto luminoso que cruzó el cielo de del sudeste peninsular el pasado sábado desató las alarmas. Se llegó a decir que era un misil o un meteorito, pero la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos afirma que es un objeto artificial, ya que se trata de basura espacial de un cohete o de un satélite. Según informa Irene Fernández en el vídeo, en los años 50 se empezaron a lanzar satélites al espacio por lo que el número de basura artificial no ha dejado de crecer.
David Barrado, astrofísico de INTA/CSIC, comenta que ahora ha habido un cambio en la filosofía que se basa en poner muchos satélites pequeños, pero en orbitas muy bajas, a unos pocos cientos de kilómetros de altura. Añade que el rozamiento que sufren los satélites que dejan de funcionar al entrar en la atmósfera provoca la destrucción del satélite.
Algunas veces llegan restos calcinados hasta la superficie, como uno que cayó en Elda (Alicante) en 2015 u otro en Hellín (Albacete) en 2016. Lo habitual es que se queden como objetos luminosos que cruzan el cielo. Fuera de la Tierra hay millones de estos, más de 9.000 toneladas que no suponen riesgo para nosotros, pero sí para todo lo que orbite a menos de 1.000 kilómetros de la Tierra. David Barrado cuenta que la Estación Espacial Internacional (ISS) ha tenido que modificar su órbita en más de una ocasión por los satélites y la basura espacial acumulada.
Son objetos que viajan a unos 30.000 kilómetros por hora y de forma caótica. Añade que cuanto mayor sea la densidad de objetos, más probabilidades hay de que ocurra un desastre. Nadie gestiona esta basura porque no hay leyes que obliguen, además el espacio ya no es solo de las agencias. Ante esto David Barroso dice que lo ve como una competición en la que como no se regule y nos pongamos de acuerdo, va a provocar un desastre. Advierte de que en unas décadas las colisiones en el espacio sean mucho más frecuentes.
La empresa Starlink de Elon Musk tiene pensado tener unos 11.627 satélites orbitando la Tierra en los próximos años. La propia compañía comenta que son capaces de producir 55 satélites semanalmente y que pueden lanzar más de 200 por mes. En 2024 se han superado los 6.000 satélites de Starlink que orbitan la Tierra.
Además de Starlink, otras empresas privadas lanzan sus satélites, como los 630 de OneWeb, los dos que quiere lanzar Amazon para en un futuro alcanzar los 3.200; e incluso Ruanda, que tiene pensado lanzar unos 300.000 en un futuro. El informe de la Agencia Espacial Europea (ESA) recoge que entre el 30 y el 70% de los satélites cumplen las medidas de reducción de desechos. Cerca del 88% de los satélites más pequeños que se encuentran en la órbita baja de la Tierra se desintegrarán al entrar en contacto con la atmósfera.