Como todos los años, el pasado día 24 de diciembre, aprovechando la Nochebuena, el rey Felipe VI realizó su tradicional discurso por Navidad. Este año, como se esperaba, estuvo marcado por la DANA que arrasó Valencia.
Por segunda vez, el monarca ha salido del palacio de La Zarzuela para su mensaje navideño, esta vez ha decidido hacerlo desde el salón del columnas del Palacio Real. En el escenario utilizado por el Rey, hemos podido ver un marco de fotos, que normalmente muestra una foto familiar, sin embargo, ahora se ha cambiado por una foto de los miles de voluntarios que ayudaron a los afectados por la DANA.
Como es una costumbre, de fondo también presidían la sala dos grandes banderas, de España y de la Unión Europea. El discurso del Rey también fue más largo de lo habitual, con una duración total de 15 minutos y 9 segundos.
El programa ha querido analizar en detalle el tradicional discurso navideño del Rey, para eso hemos conectado en directo con Patrycia Centeno, una experta que ha estudiado en detalle sus gestos y lo que el resto de los españoles no vimos durante su mensaje navideño.
En primer lugar, la experta se ha referido a la imagen de la DANA que aparece detrás del monarca y señalaba: "No se ve muy clara, hay que intuirla, estaría bien que empezaran a intercalar las imágenes con el discurso hablado, es algo que se ve en otros mensajes navideños de casas reales europeas".
En segundo lugar, confesaba, que cree que hay algunos movimientos corporales, sobre todo al principio del discurso que son importantes de recalcar: "Al comienzo mientras hablaba de la DANA envolvía con las manos y se le podía ver más emotivo, como incluso dando un abrazo en la distancia y también aprieta los labios, uno cuando describe las imágenes de los rescatados y otro cuando habla de la recuperación de la zona".
Para finalizar, Patrycia Centeno señalaba dos contradicciones en su discurso entre lo que dice y lo que gesticula: "En el momento que dice que somos una sociedad abierta, cierra los puños, entrando en una contradicción y cuando habla de los indicadores de la economía diciendo que es prometedora, frunce el ceño y las comisuras se dibujan hacia abajo".