Víctor de Aldama vuelve a la carga y asegura en el Tribunal Supremo que José Luis Ábalos adjudicaba a dedo contratos en el ministerio de Fomento. Para demostrarlo, el presunto conseguidor del caso Koldo ha presentado un documento con la relación de empresas elegidas a cambio de mordidas y que según él está marcado con las anotaciones del propio Ábalos o Koldo. Aporta, además, el contrato de un piso en la Castellana con el propio Ábalos como contraprestación de esas comisiones, aunque el exministro nunca llegó a vivir en él.
La defensa de Víctor de Aldama ha presentado un escrito ante el Tribunal Supremo en el que asegura que el ministerio de Transportes de José Luis Ábalos concedió a dedo adjudicaciones de obras para construir carreteras y autopistas a cambio de mordidas. Presenta como prueba un documento, con las empresas subrayadas y anotaciones hechas a mano, según el empresario, por el exministro Ábalos o por Koldo, su asesor.
Lo que asegura Aldama ante el Supremo es que ambos amañaron contratos de distintos tramos de diez autovías. Los documentos tienen varias anotaciones en colores y otras manuscritas. El empresario pide Aldama que se haga un peritaje de esas letras manuscritas para acreditar si fueron hechas por Koldo o por el propio exministro.
Esta trama, presuntamente, funcionaba como un triángulo. Por un lado había unas empresas que recibían los contratos públicos, en otro vértice estaba Aldama que recibía los presuntos pagos de esas empresas y en el tercer vértice, Koldo y Ábalos que recibían del empresario el dinero negro, las mordidas, a cuenta de esos contratos. De esta manera no se establecía una relación directa entre los pagadores y quienes recibían el dinero. De hecho, Aldama ante el juez reconoció que movía dinero en efectivo.
Además, el empresario ha presentado ante el Supremo un contrato de un piso en La Castellana de Madrid, una vivienda valorada en 1,9 millones de euros. Aldama explica que este piso es una garantía. Lo que dice ahora el empresario es que, a modo de garantía, se montó un alquiler ficticio con opción a compra sobre esa vivienda, a modo de seguro por si no se ejecutaban los pagos.
Ese contrato vencía en 2024 y Víctor de Aldama asegura que el hecho de que no se renovara ese contrato prueba que Ábalos recibió el dinero negro por parte de las constructoras. En cualquier caso lo cierto es que Víctor de Aldama todavía no ha presentado evidencias del cobro de comisiones o una grabación donde salga Ábalos contando billetes.
Entre las empresas que supuestamente compraron los contratos hay varias señaladas ya por la Guardia Civil por tener relación directa con Koldo, por contratar a un familiar suyo o por pagar comisiones a Aldama.
En el escrito, además, Aldama sostiene que alquiló un piso en el barrio madrileño de Atocha que, según el empresario, era utilizado de forma recurrente por el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. El ministro ha asegurado a Noticias Cuatro que las acusaciones de Aldama que le señalan son falsas y que acudirá para defender su honor a los tribunales.
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