El Partido Popular quiere convertir mañana la sesión de control al Gobierno en un monográfico sobre el caso Koldo. Esta trama -que tenía al empresario Víctor de Aldama como el "nexo corruptor"- salpica al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien está más cerca de ser imputado. Tanto él como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han pasado de la confianza más extrema a la ruptura total.
Todo comenzó en el año 2016, cuando el PSOE echó a Pedro Sánchez tras un agónico comité federal. José Luis Ábalos fue de los pocos que se mantuvieron fieles y es quien buscó votos debajo de las piedras para reconquistar el partido. En su manual de resistencia, Sánchez le nombró hasta 13 veces.
El jefe del Ejecutivo y el exministro de Transportes han tenido una gran relación de confianza hasta que se truncó. Si nos remontamos a años anteriores, el primer mitin de Pedro Sánchez fue en el pueblo de Ábalos. De esa época, una imagen de Sánchez y Koldo García muestra un momento en el que le encargaron, a la mano derecha de Ábalos, custodiar los avales sobre los que se construyó su regreso triunfal a Ferraz.
En 2018, Ábalos fue el encargado de defender la moción de censura que llevó a Sánchez hasta la Moncloa. Así, se convirtió en el hombre fuerte de Sánchez, ministro en el Gobierno y ‘mandamás’ en el partido. Dos años después, fue el año de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y del caso de las maletas con ese extraño viaje con escala en barajas.
En el 2021, el presidente del Gobierno le cesó como ministro y como número dos del PSOE. “Sabes que te tienes que ir”, le dijo Sánchez. Ábalos le preguntó por qué y el jefe del Ejecutivo le respondió “no te lo puedo decir”. Según el medio ‘El País’, le echó supuestamente por su vida desordenada, no por corrupción. Después, le recuperó en las listas.
En 2024, estalló el caso Koldo y el olor a corrupción se colocó cerca de Ávalos. Sánchez le expulsó del partido y Ábalos se negó a soltar el acta de diputado. “Estoy solo, no tengo a nadie”, dijo en su comparecencia. La ruptura fue total hasta el punto de que ha sido repudiado por su propio partido. Y el hombre fuerte del sanchismo avisó: ya no le debe disciplina ni al PSOE ni a nadie.
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