La trama del caso Koldo envió 1,4 millones de mascarillas defectuosas a Baleares en plena pandemia, lo que ha puesto el foco en la presidenta del Congreso, Francina Armengol. Pero, según informa en el vídeo Dani Montero, esas no fueron las únicas mascarillas defectuosas, ni tampoco las primeras. Las mascarillas inservibles llegaron, por ejemplo, a servicios de emergencia en los peores momentos de la pandemia.
Según cuenta Dani Montero, investigación Noticias Cuatro, casi medio millón de mascarillas defectuosas fueron compradas tanto por Puertos del Estado como por Adif. El material sanitario no tenía certificado alguno y tenían con unos agujeros tan grandes por los que pasaba un cable.
Estas mascarillas llegaron antes que las de Baleares y nadie detectó las anomalías, “y eso que pasaron test de seguridad y las empresas enviaron los certificados”, cuanta Dani Montero, “los primeros en darse cuenta fueron los de la empresa de salvamento marítimo, ellos fueron los primeros que recibieron las mascarillas de Puerto del Estado y fueron sus servicios de prevención de riesgos laborales los que dijeron que no servían para nada y alertaron de forma urgente para que fueran retiradas”.
A pesar de que se avisó de que esas mascarillas eran inservibles, el proveedor de la trama Koldo siguió consiguiendo contratos públicos y recibiendo la recomendación de la Administración. “Este es el punto importante porque muchos de esos contratos vienen concatenados porque ya se había hecho el servicio de forma correcta con transportes", explica Montero, "pero en el caso de Adif, por ejemplo, estamos hablando de casi medio millón de mascarillas defectuosas que se entregaron a Renfe para la protección de su personal de las estaciones en lo peor de la pandemia. La empresa tardó diez meses en cambiarlas y suministrar las mascarillas necesarias”.