La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha anunciado que dimite como líder de Sumar tras el batacazo de las elecciones europeas. Sumar ha obtenido un 5% de los votos y tres escaños en el Parlamento Europeo, tan solo uno más que Podemos. En los resultados de las votaciones -en las que destacan los cuatro puntos que le saca el PP al PSOE- muestran cómo la ultraderecha ha aumentado su fuerza en varios países, según informa Sergio García García.
"Es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante en la política que importa a la gente", ha subrayado en una declaración pública en streaming en la que no se han aceptado las preguntas. "Es siempre nuestra responsabilidad. Y en este caso, y sin duda ninguna, es mi responsabilidad. La ciudadanía ha hablado y yo voy a hacerme cargo", ha señalado en su decisión de dejar el cargo de coordinadora federal tras destacar que estas elecciones son un "espejo" de lo que ocurre. Ahora, deja una incógnita en el aire: si seguirá en el partido pese a que ya no lo coordine.
Yolanda Díaz ha asumido los nefastos resultados de las elecciones europea y ha comunicado su renuncia como líder de Sumar. "En estos meses siento que no he hecho las cosas que debía hacer y las cosas que mejor sé hacer. La ciudadanía, sin duda, lo ha percibido", ya dijo sobre las elecciones en Galicia, donde la fuerza política no se hizo un hueco en el Parlamento.
Para nombrar un nuevo coordinador general, se convocará al Grupo Promotor de Sumar, el máximo órgano de la formación conformado por 80 miembros, para que proponga a otro candidato que debe ser aprobado por mayoría simple. Aunque Díaz ya no encabezará la formación, sí seguirá estando al frente en su cargo en el Ejecutivo. Unas declaraciones que llegan después de que el PP pida convocar otras elecciones tras recibir cuatro puntos más en las votaciones en comparación con los socialistas.
La vicepresidenta segunda del Gobierno se ha mostrado preocupada por la gran cifra de personas que se han quedado en casa sin votar: más del 50% de la población. Así, ha advertido que esto es una evidencia de que la desafección de la ciudadanía es enorme, una situación que ha asegurado que algunos “aprovechan para destruir la política” mientras otros tratan de “rescatarla del oportunismo y del miedo”.
La ministra de Trabajo ha aprovechado su intervención para proclamar que se debe “parar el genocidio en Palestina” y que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rinda cuentas ante la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra en Gaza. "A esto me voy a dedicar y para esto le he pedido a Sumar que me acompañe. Estoy convencida de que, si somos capaces de cumplir estos objetivos, las fuerzas del odio y de la desestabilización perderán el rumbo. Creo con una enorme firmeza en la fuerza de la política, en la fuerza de gobernar, una fuerza de gobierno y una fuerza que da certezas y buenas noticias a quien tiene problemas (...) Una fuerza que da esperanza", ha concluido.