La campaña electoral termina en Cataluña con el desembarco de líderes nacionales para arropar a los candidatos que se la juegan este domingo. Atrás quedan dos semanas de una campaña que empezó marcada por los cinco días de reflexión de Pedro Sánchez y termina con la polémica por la OPA hostil lanzada por el BBVA sobre el Banco Sabadell. Por delante, un escenario complicado de pactos para formar Gobierno.
En los últimos mítines, los candidatos, que se miran de reojo, han estado apoyados por los líderes nacionales de sus partidos. Pedro Sánchez ha echado el resto en busca de los indecisos para que Salvador Illa gane, algo que parece claro, lo difícil será que forme Gobierno. En el PSOE son muy conscientes de la importancia de las elecciones del próximo domingo, no solo en clave autonómica si no también en clave nacional, por eso el mensaje de Pedro Sánchez ha ido dirigido en este sentido. "El único candidato que espera a gobernar es Salvador Illa", ha dicho el presidente del Gobierno, "el resto aspira a bloquear. El PP y Vox están ahí a ver si quedan cuartos. Lo que no es aceptable es que para lograr ese cuarto puesto, lo que hagan sea competir en mensajes xenófobos".
Más opciones para gobernar tiene Junts, con un Carles Puigdemont a la cabeza que se la juega. El candidato ya advirtió de que si no gobierna no se quedará. El líder de Junts ha cerrado la campaña desde Francia y asegura firmemente que aspira a ser el presidente de Cataluña y ha insistido en que, este domingo, el Govern debe seguir siendo independentista.
Alberto Núñez Feijóo también está en Cataluña para apoyar a su candidato, Alejandro Fernández. Los populares aseguran que abanderan el verdadero voto del cambio. Desde el PP abogan por dar un giro radical de 180 grados a las políticas socialistas e independentistas. Además, desde el PP destacan la importancia de aunar todos los votos de la derecha en el candidato popular. "Somo el único partido", ha dicho Feijóo, "que no quiere que el procés siga abierto. Y digo que somos el único porque el procés se ha utilizado por todos los partidos para medrar en sus respectivas parroquias electorales. A nosotros nos duele Cataluña".
Según los sondeos, Esquerra Republicana será la segunda fuerza independentista. El objetivo constante de los republicanos ha sido mantenerse al frente de la Generalitat, pero son conscientes de las encuestas y lo difícil que se lo ponen. Por eso, piden concentrar el voto de izquierdas y republicano en ERC. Lo han hecho atacando al PSC afirmando que es un proyecto centrado en España y de derechas y a Junts porque creen que están cambiando siempre de opinión. Lo que está claro es que Esquerra Republicana puede tener la llave del gobierno después de las elecciones y decantarlo hacia los independentistas o al bloque de izquierdas con PSC y Comuns.
El panorama que se dibuja de cara a las elecciones del próximo domingo es de máxima incertidumbre. Teniendo en cuenta la media que dan los sondeos, el escenario se antoja complicado para formar gobierno.
Ninguna encuesta da la mayoría absoluta de 68 escaños a ningún candidato. Salvador Illa es el candidato con más opciones, lograría en torno a 40 escaños, por lo que el PSC tendría que pactar. El problema está en que, de los otros dos partidos con más posibilidades, Junts ya ha dicho que no cuenten con él y ERC no lo ha dejado claro, por lo que estarían justos para formar una coalición de izquierdas. Con los seis escaños de media que dan a los Comuns podrían llegar a reeditar un posible tripartito.
La otra opción de gobierno es un bloque independentista. Las encuestas dan una suma muy ajustada a Junts, ERC y la CUP, quedándose a 2 escaños según la media de sondeos. Escaños que se llevaría la extrema derecha catalana con las que estos partidos ya han dicho que no pactarán así que, podría haber bloqueo.