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Las elecciones autonómicas de Galicia son una auténtica prueba de fuego, aunque no está claro a quién podría quemar el 18 de febrero: si al PSOE por su amnistía, la cual ha salido a relucir ya en los actos de campaña, o al PP por convertir su gran feudo, al menos hasta ahora, en un campo de batalla nacional.
Si el PP revalida su mayoría absoluta no pasará nada, pero es una incógnita lo que ocurrirá si las pierde. Pablo Simón, politólogo y profesor de la UC3M, vaticina que se abriría una "crisis interna" en la formación y "se replantearían las estrategias y los liderazgos que hay al frente".
Simón recuerda que estamos ante la primera elección después de los comicios generales del pasado 23 de julio, por lo que también "se intentará hacer una lectura de censura a la oposición".
El grueso de las encuestas ve posible que haya cuatro años más del Partido Popular en la Xunta. Sin embargo, todas coinciden en que será en un escenario claramente a la baja para los populares.
El PP, como hándicap, tiene el desgaste de los años gobernando y a un candidato, Alfonso Rueda, poco 'rodado' puesto que fue nombrado de urgencia hace casi dos años para cubrir la marcha de Alberto Núñez Feijóo a Madrid en su intento de asalto al Palacio de la Moncloa.
"En los momentos en los que hay relevos, cambios de cabeza de cartel, son propicios para pueda existir alternancia", apunta Simón, quien añade que "el liderazgo de Rueda es menos conocido y menos popular que el de otros presidentes anteriores". Además, explica que "no se ha fajado desde la oposición" como fue el caso de Feijóo.
Por lo tanto, considera el analista político, "hay una parte dentro del PP que lo que piensa es que puede ser conveniente empujar de marca nacional".
Además, se suma el factor Vox, que opta a entrar por primera vez en el Parlamento gallego, al que también se refiere Simón: "Está claro que le resta votos al PP y dependiendo de la provincia en la que se produzca, por ejemplo A Coruña y Pontevedra, puede ser decisivo para un escaño que marque la diferencia entre tener la mayoría absoluta y no tenerla".
En el bloque de la izquierda, el BNG se afianza como segunda fuerza en Galicia, captando también voto PSOE de las pasadas generales, lo que estanca el crecimiento de los socialistas, terceros en liza. "Cuanto menos vayan a votar, mejor para el PP", decía María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Ejecutivo.
Y luego está Sumar. Su líder, Yolanda Díaz, se la juega en su tierra. "Para ellos es ahora mismo relevante el intentar proyectar la idea de que sí son un partido viable y que sí pueden conseguir un escaño, es decir, que votar por ellos no es tirar el voto a la basura", puntualiza Simón.
O mayoría absoluta del PP, la quinta consecutiva, o un gobierno bipartito e incluso tripartito. Esa es la endiablada ecuación del 18F.